jueves, 29 de diciembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 19 de octubre , viernes ( 1 )

Al igual que sucede con las anémonas , que cierran sus pétalos con la oscuridad , así ocurrió conmigo durante un tiempo . También mis ojos permanecieron cerrados , ignorando la lucha en que se debatía mi compañero de venturas y desventuras . En realidad , <<nuestra lucha >>...
Pero vayamos por orden .
Esa noche , en la insula , no fue noche . Fue un suplicio añadido . Intentamos conciliar el sueño en la 39 , aunque hubiera sido lo mismo en cualquiera de las habitaciones . A mis inquietos pensamientos se sumó un lamento ; mejor dicho , varios y continuados lamentos - casi cánticos - que parecian proceder de algunas de las viviendas contiguas . Creo recordar que , entrar en la habitación , ya se oían en el pasillo , pero no prestamos demasiada atención . Pensamos en algunos niños . Pues bien , las tristes lamentaciones - probablemente de dos o más personas - duraron hasta el amanecer . No hubo forma de dormir , salvo a ratos , cuando los llantos y los quejidos declinaban o se interrumpían . Súbitamente regresaban , y con renovados bríos , apoderándose del silencio y de mis castigados nervios . Extrañamente , nadie protestó.
Por último terminé saltando de la litera y , acodado en la ventana , contemplé el paso de las reatas de onagros que partían hacia el norte o que se incorporaban al muelle de Nahum . Y esperé pacientemente el alba . Con las primeras luces , como digo , aquelinfierno enmudeció.
El roroneo de la molienda fue abriéndose paso en el pueblo . Nahum despertaba .
Nos aseamos y , casi sin palabras , bajamos a las tabernae , con el fin de reponer fuerzas y establecer un plan para la nueva jornada . Eliseo seguía triste y perdido en sí mismo . Yo , por mi parte , más perdido si cabe ...
Ella continuaba allí , cercana e imposible .
Eliseo llamó mi atención sobre la masa nubosa que se divisaba por el oeste . Eran los << cb >> , los cumulonimbos que habíamos detectado desde la << cuna >> . Se aproximaban a la región . En cuestión de horas podrían descargar sobre el lago . Convenía no descuidarse .
Y planteé la idea que no llegué a exponer el día anterior en la << casa de las flores >> . Si solicitábamos trabajo en el astillero de los Zebedeo , el seguimiento del Maestro resultaría más sencillo . El lugar , según recordaba , era lo suficientemente reducido como para no perderlo de vista . Si éramos aceptados , la práctica totalidad de la jornada estaríamos juntos . El resto , ya veriamos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez           

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