viernes, 30 de diciembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - 19 de octubre , viernes , ( 3 )

Buscamos con la mirada . Jesús o Santiago , su hermano , tenían que estar allí , en alguna parte .
Al poco , uno de los trabajadores nos indicó un foso en el que armaban dos embarcaciones . Aunque se hallaba de espaldas , lo reconocimos al momento . Jesús , encorvado sobre una barca de unos ocho metros , se afanaba en el ajuste de las cuadernas . Vestía el saq o taparrabo y uno de aquellos largos mandiles , desde el pecho hasta las rodilles . De su cintura colgaba un martillo y un saquete repleto de clavos . El cuerpo , bronceado y sudoroso , brillaba con los primeros rayos de sol.
No pareció muy sorprendido . Yo diría que nos esperaba .
Saltó sonriente fuera del foso y , tras desearnos paz , escuchó nuestra petición . No dijo nada . Ajustó la cinta de tela que recogía sus cabellos y , sin dejar de sonreir , rogó que aguardásemos . Luego se perdió en uno de los pabellones de madera . Al poco regresaba en compañía de un hombre relativamente mayor . No levantaría más de 1,60 metros . Era calvo y con los ojos rasgados . Su origen parecía asiático .
Dijo llamarse << Yu >> o algo similar ...
Sus ojos , remansados en una constante paz , me llamaron la atención desde el primer momento . Era flaco pero fuerte . Los dedos , increiblemente largos , aparecían cruzados sobre el pecho .
Nos observó despacio . Después , en un impecable arameo , se interesó por lo que ya habíamos expuesto al Galileo . Repetimos el deseo de trabajar , aunque reconocimos que carecíamos de experiencia . E insistí en el hecho de que no imprtaba el puesto .
El naggar o maestro - algo similar a lo que hoy entendemos como << carpintero de ribera >> - no formuló más preguntas .. Aquellos ojos , limpios e inquisidores a un tiempo , debieron de percibir que hablábamos con el corazón . Necesitábamos aquel trabajo ...
Y antes de retirarse aclaró que la decisión no dependía de él . Era el << patrón >> el que decidía . Todavía no había llegado . Tendríamos  que esperar .
Dio media vuelta y se alejó hacia el barracón .
Jesús me hizo un guiño y sugirió que aguardásemos allí mismo . El << jefe >> , el Zebedeo padre , siempre era puntual . En breve desembarcaría . Todas las mañanas viajaba desde Saidan . A la puesta de sol regresaba a su aldea .
Y el Maestro retornó al foso , entregándose a la faena de entablado de las cudernas .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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