martes, 13 de diciembre de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 7 - del 27 de setiembre al 10 de octubre ( 13 )

Confundido ante mi terquedad , se aproximó un poco más . El chal amarillo casi me rozó . Y la peste a sudor me golpeó el rostro .
Permanecí impertubable ( aparentemente ) .
- ¿ Sabes quién soy ? - estalló -. ¿ Sabes con quién estás hablando ? ¿ Sabes que he sido visitado por el espíritu de Dios ? ... ¿ Sabas que soy de Él ?
Los gritos , rebozados en una soberbia más que preocupante , hicieron retroceder a los hombres . Eliseo y Kesil , alertados , corrieron hasta el límite de las piedras blancas . Mi hermano debió de ver la posición de la mano derecha , en lo alto del cayado , y permaneció atento . Afortunadamente , no traspasó el guilgal .
- ¿ De Él - repitió altanero , al tiempo que situaba la mano izquierda a una cuarta de mi cara -. ¡ Soy de Dios !
 Poco faltó para que activase el clavo. La mano , interminable , de unos veinticinco centímetros de longitud , podría haberme derribado con un simple empujón...
Pero no eran ésas las intenciones del Anunciador .
En la palma , sobre la piel arrugada y encallecida , distinguí unas letras . Parecía un tatuaje ...
Y leí : << Suyo >> En hebreo , literalmente . << Yo , del Eterno >>
¡ Habían sido grabadas a fuego , como el sol en la frente de Belsa !
<< Suyo >> o << de Él >> ( << de Yavé >> ) era una << señal >> que acreditaba la << pertenencia >> , en cuerpo y alma , al Dios del Sinaí . Aunque el Levítico prohibía formalmente los tatuajes , los judíos más religiosos o fanatizados gustaban de este tipo de manifestaciones externas , haciendo ver así su piedad y su celo por el Dios de los patriarcas . Muchos se amparaban en Isaías para grabar la << marca >> en cuestión , bien en la palma de la mano ( siempre la izquierda , puesto que la derecha era utilizada habitualmente para limpiarse después de defecar ) , bien sobre la frente . Todo dependía del rigor religioso del individuo . Las mujeres lo tenían prohibiedo ...
Y me gritó de nuevo , con la voz estrangulada por la cólera :
-  ¡ Soy de Él ! ... ¿ Quién como yo ? ... ¡ Que se levante y hable !
 Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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