martes, 15 de septiembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 10 de abril , lunes ( 3 )

Sin duda  , las noticias  sobre una futura  prencia del Hijo del Hombre  en las tierras del norte  , precediendo a los suyos  , obraba tanbién en poder de sus enemigos .
<<  Los desarrapados  galileos  - decía otra  - han robado a su rey . Roma se enterará . >>
<< ¡ Ladrones ! ¡ Impuros ! La sombra de la Ley perseguirá a los desarrapados hijos del círculo de los gentiles .>> ( Así se conocía también a la Galilea )
Quizá me entretuve excesivamente  . Pero , en mi opinión , mereció la pana  . De estas manifestaciones  en los muros de la Ciudad Santa  tempoco dicen nada los evangelistas y , sin embargo , fueron un factor más  - y de clara importancia - en la difusión de la más grande noticia  de todos los tiempos  . Los amigos  y fieles a Jesús  de Nazaret supieron desde el principio de esta sucia maniobra  de los sanedritas y ello contribuyó también a multiplicar sus temores  y a que , en el caso de los diez  , siguieran en el piso superior  de los Marcos  , sin atreverse a pisar las calles .
Poco antes de la hora tercia  , uno de los centinelas  del parapeto oeste de Antonia me escoltaba  hasta el túnel de la fachada  principal de la fortaleza . Allí , junto al puesto  de guardia  , volvió a repetirse la escena  que ya había vivodo con el de Arimatea  , en mi primera entrevista con el procurador  . Un optio consultó la tablilla encerada  en la que se registraban los nombres  de los visitantes del día  , así como las audiencias  previstas  , y , con una sonrisa , adelantándome  a las intenciones del suboficial , le entregué mi cayado , levantando los brazos  y dispuesto al registro de rutina . Esta vez no fue necesario . Por la boca del túnel distinguí la corpulenta silueta de Civilis , el comamdante en jefe de la guarnición .
Me saludó con el brazo en alto y  , el optio , condescendiente , me franqueó el paso , indicándome  que << todo estaba bien >> y que podía pasar.
Civilis , sin casco y sin cota de mallas , se protegía del fresco de la mañana  con la pulcra y larga capa granate . Jamás le vi sin armas : su espada  al costado izquierdo ( al reves que la tropa ) y un pequeño puñal con la empuñadura en forma de antílope en pleno salto .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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