lunes, 28 de septiembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - del 11 de abril, martes - al 14 , viernes ( 37 )

Y volvemos al viejo problema . ¿ Por qué ese miedo o pudor o escrupulos de numerosos sectores de la Iglesia católica a aceptar que la Señora pudiera tener más descendencia , tal y como era la costumbe  en las familias normales de aquel tiempo ? Estos moralistas e hipócritos de << lo ajeno >> no ignoran que , en tiempos de Jesús  , la esterilidad era poco menos  que una maldición divina . Las familias debían ser numerosas . Eso era lo normal y lo bien visto . Si partimos  de la base de que la pareja de Nazaret fue en todo un matrimonio común y corriente , ¿ por qué esos cristianos se empeñan en enmendar la plana a la propia Naturaleza  , convirtiendo a José y a María en dos humanos << ilógicos >> y casi al filo de la aberración ? Parte de esa triste deformación mental que todavía padecen muchos cristianos en relación a este asunto habría que buscarla en un papa de nefastom recuerdo : San Siricio , encumbrado además a la santidad.
El tal Siricio ( 384 al 398 ) llegó a escribir al respecto en una carta dirigida a Anisio , obispo de Tesalónica , en el año de gracia de 392 :
<< A la verdad , no podemos negar haber sido con justicia reprendido el que habla de los hijos de María , y con razón ha sentido horror vuestra santidad de que el mismo vientre virginal del que nació , según la carne , el Cristo , pudiera haber salido otro parto . Porque no hubiera escogido el Señor Jesús nacer de una virgen , si hubiera juzgado que ésta había de ser tan incontinente  que , con semen de unión humana  , había de manchar el seno donde se formó el cuerpo del Señor , aquel seno , palacio del Rey eterno . Porque  el que esto afirma  , no otra cosa afirma que la perfidia judaica de los que dicen que no pudo nacer de una virgen . Porque aceptando la autoridad de los sacerdotes  , pero sin dejar de opinar que María tuvo muchos más partos  , con más empeño pretenden combatir la verdad de la fe>>.
Resulta casi imposible introducir en tan pocas líneas tanto absurdo y desatino , fruto - ¿ quién sabe ? - si de un caracter enfermizo o de un grado de demencia altamente preocupante . El despecio de Siricio - me resisto a anteponerle el calificativo de << santo >> - por la maternidad y porla extraordinaria  manifestación de amor  que supone el acto sexual se me antoja casi épico .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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