lunes, 28 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 27 )

Allí trabajaba  , se divertía  o hacía un alto en el camino  toda suerte de razas - tirios , Helenos , sidonios , egipcios , negros africanos , romanos , babilonios , judíos  y una convulsa legión de nómadas del este  -, con sus respectivos  dioses , supersticiones , lenguas y hábitos . Al reconstruir  las sucesivas etapas  - infancia  , juventud y madurez - de la existencia del rabí de Galilea  fuimos comprendiendo la decisiva influencia de este hambiente cosmopolita  y abierto en su educación y , sobre todo , en su forma de enjuiciar los pensamientos  y el comportamiento de los seres humanos .¡ Cuán flaco servicio de los avangelistas al no mostrar al mundo la diaria realidad en la que creció el Hijo del Hombre  ! Los cristianos  caen en la tentación de imaginar a un Jesús  niño o adolescente  , prácticamente enclausrado y retirado del mundo, sumergido en los estrechos  y remotos límites de una aldea llamada Nazaret . Nada más distante de la realidad ...
Pero esta promiscuidad entre israelitas y extranjeros provocaría también un rabioso y general rechazo entre los judíos del sur ( la Judea ) . Rabinos y hombres de estricta observancia de la Ley mosaica vivían en un permanente escándalo respecto a las costumbres y a la tolerancia de los galileos . Aquéllos se vanagloriaban de su puritarismo , calificando a sus vecinos del norte de << impuros , incultos y provincianos  , incapaces incluso , de hablar correctamente >> . La soberbia de los judíos meridionales era tal que , entre los miembros del Gras Sanedrín , se repetiá con frecuencia : << De Galilea nunca se ha levantado profeta . >> Estas tensas relaciones fueron , en definitiva , el terreno abonado para el odio en el que tuvo que moverse el Nazareno y , por supuesto , su grupo .
Aquel asunto fue un providencial aviso . Lo acaecido en la plantación de pimpinelas no debía repetirse . Así que , al menos hasta el ingreso en Nazaret , me hice el firme propósito de extremar la prudencia . Me limitaría a observar , sobre la marcha . A fin de cuentas , ése era mi trabajo . Y tenía que ejecutarlo , evitando toda intromisión en aquel << ahora histórico >> que no era el nuestro . Complejo objetivo , a fe mía . Los incidentes en los que me ví envuelto  colocarían a esta rígida norma de la operación frente a un espinoso dilema . Pero proseguiré con el relato del accidentado caminar hacia la aldea del Hijo del Hombre .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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