martes, 29 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 28 )

Según mis estimaciones , Caná se hallaba a poco más de quince quilómetros  . Como fue dicho , allí nos abandonaría Bartolomé . Y en solitario , cerrando la comotiva , me concentré  en la memoración de cuantas referencias pudieran servirnos en futuras Exploraciones . Si el proyectado << salto >> en el tiempo llegaba a consumarse - como así fue  -, esta senda y las mencionadas Caná y Nazaret  se convertirían en habituales escenarios del ir y venir de Jesús  y sus discípulos . El conocimiento del terreno que pisaba , por tanto , tenía que ser lo más exhaustivos y preciso posible.
Esta cuarta etapa , casi en su totalidad , ofrecía un camino cómodo y encajonado entre los crecidos campos de cereal . La campiña corría libre y dorada , rodeando los cuatro montes  que vigilaban los siete kilómetros  de que constaba ente nuevo tramo . Estas notables elevaciones - todas superior a los quinientos metros - guardaban una curiosa simetría . En un capricho de la Naturaleza construían un cuadrado casi prefecto , de dos kilómetros de lado , con la carretera discurriendo justamente por el centro . En la cima de uno de los picachos - el primero por nuestra derecha - se distinguía  la blancura de un recogido villorrio ( Laví ) , único asentamiento visible en dicha cuarta etapa . Y aquí y allá  , rompiendo el relajante  ondear del trigo y de los corros de cebada , chozas de paja y adobe  , destinadas al deposito de aperos  y , con seguridad , ocasionales refugios de hombres y animales . Cuadrillas de felah se repartían a uno y otro lado del camino , encorvadas sobre las manchas de cebada  . Era el tiempo de la siega del<< pan de los pobres >>  . La recogida del trigo duro llegaría algunas semanas después . Armados de pequeñas hoces  de hierro , ligeramente curvas  y en ocasiones con las hojas dentadas , los campesinos  apresaban los manojos  con la mano derecha , guillotinándolos  de un certero tajo . Aunque menos abundante  que el trigo , aquella cebada era de excelente calidad . Pertenecía  a la especie hexastichum ( de seis hileras ) , cuyas espigas , a diferencia de suhermana distichum ( de doble hilera ), producen un generoso grano .
Los haces , una vez atados en gavillas , pasaban a monos de las mujeres  y de los muchachos  , que los transportaban hasta las eras : unos espacios abiertos en los trigales - generalmente formados por un afloramiento rocoso - en los que se propiciaba la trilla y posterior aventado del grano .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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