Juan , intrigado por cuchicheo de Bartolomé , se situó a mi lado . Le expuse lo acurrido y , sonriendo con benevolencia , me aclaró el porqué de la enojosa situación . La sola mención de aquellas grutas , infestadas de atalef ( murciélagos ) y , lo que era peor , de bandidos , podía atraer a estos seres inmundos , acarreando a los caminantes toda clase de infortunios . Comprendí entonces la irritación de Natanael y , simulando una total desolación , le rogué disculpara a tan ignorante y torpe compañero de viaje . El de Caná aceptó mis excusas pero , recalcitrante , continuó con sus rezos , forzando la marcha . ¿ Bandidos ? Aquello si era interesante . Y el Zebedeo me puso al corriente . A pesar de las severas medidas adoptadas en su tiempo por el rey Herodes el Grande , y posteriormente por el gobierno de Roma contra los salteadores de caminos , lo accidentado de aquel wâdi y la proliferación de cuevas en las despudas paredes rocosas del desfiladero hacían extremadamente difícil la erradicación de dichos bandidos . Algunas de estas bandas de sangrientos nómadas o seminómadas , integradas en la mayoría de los casos por esclavos huidos , desheredados de la fortuna y << sicarios >> procedentes de las partidas que se levantaban regularmete contra el poder establecido , había fijado su << cuartel general >> en las profundidades de aquellas cavernas , accediendo a ellas o abandonándolas - según conviniera -, con el concurso de las maromas que se precipitaban desde la cima y que las conectaban entre sí. Este latente peligro , como es de suponer , nos obligaría a olvidar la cumbre del har Arbel , así como el resto de los picachos que daban forma al desfiladero .La futura << base madre >> debería ser plantada en un paraje más seguro . El problema era dónde . La orilla oriental del lago , aunque menos poblada , nos apartaba en demasía de los núcleos humanos en los que había actuado el Maestro . En la reserva figuraba una segunda alternativa : un har de 138 metros sobre el nivel del Kennereth - el Ravid -, a unos tres kilómetros al noroeste del wâdi Hamân y a poco más de ocho , en línea recta , del promontorio donde descansaba el módulo . Pero dejaré este asunto para más adelante ...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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