miércoles, 30 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 35 )

En varios de los carros descubiertos  , sentados o de pie soble la carga , mujeres y niños  dirigían su mirada hacia la cabeza de la caravana  , discutiendo entre sí . A diferencia de las que acababa  de dejar atrás  , éstas sí oculaban el rostro con largos y negros velos . ¿ A que podía obedecer semejante discriminación ? En la vanguardia del convoy me aguardaba la respuesta a tan intrascendente pensamiento , aunque , desde luego , no en la forma en que yo hubiera imaginado y deseado ...
La innata y , supongo , inevitable curiosidad femenina vino a precipitar los acontecimientos  . El << oso >> de Caná suspiró aliviado al dar alcance a la cabeza de la caravana . Retiró el ropón de su cabeza y se dispuso a cruzar frente a un corro de nómadas que se apelotonaba a la derecha del camino  . El Zebedeo  , que seguía muy de cerca a Natanael , hizo ademán de asomarse al vociferante grupo . Pero , al detectar las prisas de su compañero  , renunció a tan comprensible gesto . La Señora , en cambio  , si cayó  en la pueril tentación . Y embozasa aún en su manto marrón claro la vi deslizarse entre los caravaneros , intrigada por el alboroto . En un primer momento , ni Juan ni Bartolomé se percataron de la maniobra de María  . Y quien esto escribe se acercó ygualmente  a los diez o doce individuos que formaban la acalorada discusión . La Señora , siempre intrépida , era una permanente caja de sorpresas .
Absorto en la contemplación de la carabana no había caído en la cuenta de que nos hallábamos a escasa distancia  del picacho sobre el que se asentaba la aldea de Lavi. Los nómadas en cuestión parlamentaban justamente en la confluencia  de la vía principal con el estrecho y pedregoso senderillo que descendía del villorrio . Como era habitual en las rutas importantes , los habitantes de  los poblados próximos aprovechaban estos cruces de caminos  para salir al pso de los viajeros  y ofrecerles losm productos  y << especialidades >> del lugar . En esta ocasión , una veciva de Lavi había sentado sus reales  en una redonda y pequeña  era , practicada al pie mismo de la bifurcación . Allí en compañía  de dos niños de corta edad , sobre una humilde esterilla  de hoja de palmera , presentaba  una batería de cuencos  de barro cocido , colmados de lentejas  recién recolectadas , harina de cebada , ajos y cebollas ( crudos y cocidos ) y una ristra de calabazas vinateras , con la típica forma de botella .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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