El rostro , más ancho que alto , semejaba un escudo . De él colgaba una barba de una cuarta , cana , rizada y abierta en abanico . Una extrema sensualidad aleteaba en sus labios , carnosos y permanentemente humedecidos . Los ojos me llamaron la atención desde el principio . Interminablemente negros y profundos , venían a equilibrar sus mal llevados treinta años . La nariz , en cambio , era el remate a su escaso atractivo físico . Mal formada y redonda como una pelota de golf , presentaba unas llamativas << telangiectasias >> o dilataciones localizadas de los vasos capilares de reducido calibre . Las iniciales sospechas quedaría confirmadas en la tercera y apasionante aventura : aquel aniestático angioma simple guardaba una estrecha relación con la desmedida veneración de Bartolomé por el vino ...
En contraposición a la abundante y extendida vellosidad , una prematura calvicie ganaba terrenoen la parte superior del cráneo , dibujando una escandalosa coronilla . El <<oso >> de Caná cubría habitualmente su cuerpo con una túnica blanca de lana , siempre inmaculada , y un ropón castaño , con anchas franjas verticales , igualmente blancas . Durante el tiempo que permanecí a su lado , la pierna izquierda apareció siempre fajada . Unas bandas de cuero de vaca , seboso y descolorido por el uso , trataban de aliviar un antiguo problema vascular : unas venas varicosas ( varices ) , tan frecuente entonces como en la actualidad . ( Según nuestros cálculos , al menos un diez o un quince por ciento de la población adulta se veía afectada por esta dolencia . )
María , servicial y conocedora de la pulcritud de Natanael , puso punto final a las risas y al pequeño incidente de la coballa . Como la mayoría de las hebreas se hallaban familiarizadas con las propiedades de muchas de las plantas que crecían en aquellas tierras . Se puso en pie y , tras un rápido examen de la floresta , se dirigió a una mata de arbustos de unos ochenta centímetros de altura , de tallos lampiños y abundantes nudos verdes y carnosos . Arracó un manojo y , tomando una piedra , se situó frente a la roca que le había servido de asiento . A una escueta orden suya , Bartolomé se desembarazó del manto , extrendiéndolo sobre la mencionada roca . Sirviéndose de algunas hojas de adelfa , María procedió primero a una meticulosa limpieza de las heces . Troceó los tallos y , depositándolos sobre la mancha , agarró la piedra con su mano izquierda , golpeándolos sistemática y contundentemente , procurando no lastimar el chaluk.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
En contraposición a la abundante y extendida vellosidad , una prematura calvicie ganaba terrenoen la parte superior del cráneo , dibujando una escandalosa coronilla . El <<oso >> de Caná cubría habitualmente su cuerpo con una túnica blanca de lana , siempre inmaculada , y un ropón castaño , con anchas franjas verticales , igualmente blancas . Durante el tiempo que permanecí a su lado , la pierna izquierda apareció siempre fajada . Unas bandas de cuero de vaca , seboso y descolorido por el uso , trataban de aliviar un antiguo problema vascular : unas venas varicosas ( varices ) , tan frecuente entonces como en la actualidad . ( Según nuestros cálculos , al menos un diez o un quince por ciento de la población adulta se veía afectada por esta dolencia . )
María , servicial y conocedora de la pulcritud de Natanael , puso punto final a las risas y al pequeño incidente de la coballa . Como la mayoría de las hebreas se hallaban familiarizadas con las propiedades de muchas de las plantas que crecían en aquellas tierras . Se puso en pie y , tras un rápido examen de la floresta , se dirigió a una mata de arbustos de unos ochenta centímetros de altura , de tallos lampiños y abundantes nudos verdes y carnosos . Arracó un manojo y , tomando una piedra , se situó frente a la roca que le había servido de asiento . A una escueta orden suya , Bartolomé se desembarazó del manto , extrendiéndolo sobre la mencionada roca . Sirviéndose de algunas hojas de adelfa , María procedió primero a una meticulosa limpieza de las heces . Troceó los tallos y , depositándolos sobre la mancha , agarró la piedra con su mano izquierda , golpeándolos sistemática y contundentemente , procurando no lastimar el chaluk.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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