La galilea , sentada a la turca , parecía ajena al vocerío , más preocupada , en apariencia , de espantar las moscas que se disputaban el género que de colaborar con los exaltados viajeros . En un par de ocasiones se dignó levantar la cabeza y , con dificultad y lentitud , articuló alguanas palabras , al tiempo que señalaba hacia el oeste . Francamente , no alcancé a comprenderla . Al observar su pésima pronunciación empecé a intuir la razón de semejante galimatías . La infeliz padecía una << disartria >> : una imperfección en la articulación de las palabras , como consecuencia de alguna lesión en los músculos de la fonación . Ello le impedía manifestar las ideas con claridad , provocando , en suma , la exasperación y el confusionismo de sus interlocutores . Éstos , al captar la nebulosa indicación , se volvieron hacia un individuo que presenciaba la escena en silencio . Vestía también de blanco , aunque su porte , la franja de borlas que remataba la inmaculada túnica y el arco que sostenía en la mano derecha me hicieron sospechar que podía tratarse del jeque o jefe de la familia de nómadas . El fenotipo era claramente mesopotámico : nariz aguileña , frente estrecha , bóveda craneal aplastada y oblicua , ojos negros , occipucio plano y una barba larga y cuadrada .
El cambio de impresiones fue breve . El que parecía gobernar la carabana dirigió la mirada hacia poniente , escrutando el camino . Acarició la pequeña cabeza de pato de marfil que adornaba uno de los extremos del arco y , con una sombra de tristeza en el rostro , se dirigió a sus hombres , ordenando el avance del convoy . En esos instantes , María , siempre dispuesta , se destacó de entre los caravaneros , ofreciendo su ayuda al jeque . Éste perplejo , la inspeccionó de arriba a abajo , sin comprender muy bien sus intenciones ni de dónde demonios había surgido aquella galilea . Todo quedó aclarado cuando Natanael y el Zebedeo , alarmados por nuestra tardanza , deshicieron lo andado , incorporándose al grupo . Yo , prudentemente , me mantuve a una cierta distancia , medio camuflado entre los nómadas . Al poco de iniciar la conversación con la Señora y los discípulos , el jeque , persuadido de la buena fe de la hebrea y de sus acompañantes , modificó su orden anterior : la caravana seguiría inmóvil . Y quien esto escribe presintió lo peor . De vez encuando , las miradas de mis amigos y los inquisidores ojos del mesopotámico me buscaban entre los blancos ropajes de los caravaneros . No había duda . Hablaban de mí . Y una creciene inquietud fue ahogando mi corazón . estaba atrapado .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
El cambio de impresiones fue breve . El que parecía gobernar la carabana dirigió la mirada hacia poniente , escrutando el camino . Acarició la pequeña cabeza de pato de marfil que adornaba uno de los extremos del arco y , con una sombra de tristeza en el rostro , se dirigió a sus hombres , ordenando el avance del convoy . En esos instantes , María , siempre dispuesta , se destacó de entre los caravaneros , ofreciendo su ayuda al jeque . Éste perplejo , la inspeccionó de arriba a abajo , sin comprender muy bien sus intenciones ni de dónde demonios había surgido aquella galilea . Todo quedó aclarado cuando Natanael y el Zebedeo , alarmados por nuestra tardanza , deshicieron lo andado , incorporándose al grupo . Yo , prudentemente , me mantuve a una cierta distancia , medio camuflado entre los nómadas . Al poco de iniciar la conversación con la Señora y los discípulos , el jeque , persuadido de la buena fe de la hebrea y de sus acompañantes , modificó su orden anterior : la caravana seguiría inmóvil . Y quien esto escribe presintió lo peor . De vez encuando , las miradas de mis amigos y los inquisidores ojos del mesopotámico me buscaban entre los blancos ropajes de los caravaneros . No había duda . Hablaban de mí . Y una creciene inquietud fue ahogando mi corazón . estaba atrapado .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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