miércoles, 30 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario ( 37 )

La galilea , sentada a la turca , parecía ajena al vocerío , más preocupada  , en apariencia  , de espantar las moscas que se disputaban el género que de colaborar con los exaltados viajeros . En un par de ocasiones se dignó levantar la cabeza  y , con dificultad y lentitud , articuló alguanas palabras , al tiempo que señalaba  hacia el oeste . Francamente , no alcancé  a comprenderla . Al observar su pésima pronunciación empecé a intuir la razón de semejante galimatías . La infeliz padecía  una << disartria >> : una imperfección en la articulación de las palabras , como consecuencia de alguna lesión en los músculos de la fonación . Ello le impedía manifestar las ideas con claridad , provocando , en suma  , la exasperación y el confusionismo de sus interlocutores . Éstos , al captar la nebulosa  indicación  , se volvieron hacia un individuo que presenciaba  la escena en silencio . Vestía  también de blanco , aunque su porte  , la franja  de borlas  que remataba la inmaculada túnica  y el arco que sostenía  en la mano derecha  me hicieron sospechar  que podía tratarse del jeque  o jefe de la familia de nómadas . El fenotipo era claramente mesopotámico  : nariz aguileña  , frente estrecha  , bóveda craneal aplastada y oblicua , ojos negros  , occipucio plano y una barba larga y cuadrada .
El cambio de impresiones fue breve . El que parecía  gobernar la carabana  dirigió la mirada hacia poniente , escrutando el camino . Acarició la pequeña cabeza de pato de marfil que adornaba uno de los extremos  del arco y , con una sombra de tristeza en el rostro , se dirigió a sus hombres  , ordenando el avance del convoy . En esos instantes  , María  , siempre dispuesta  , se destacó de entre los caravaneros  , ofreciendo su ayuda al jeque  . Éste perplejo , la inspeccionó de arriba a abajo , sin comprender muy bien sus intenciones ni de dónde demonios había surgido aquella galilea  . Todo quedó aclarado cuando Natanael y el Zebedeo , alarmados por nuestra tardanza , deshicieron lo andado , incorporándose al grupo . Yo , prudentemente , me mantuve  a una cierta distancia  , medio camuflado entre los nómadas . Al poco de iniciar la conversación con la Señora y los discípulos  , el jeque , persuadido de la buena fe de la hebrea y de sus acompañantes , modificó su orden anterior : la caravana seguiría inmóvil . Y quien esto escribe presintió lo peor . De vez encuando , las miradas de mis amigos y los inquisidores ojos del mesopotámico me buscaban entre los blancos ropajes de los caravaneros  . No había duda . Hablaban de mí . Y una creciene inquietud fue ahogando mi corazón . estaba atrapado .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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