Esto era cierto , . Las personas piadosas de la Palestina de Cristo estaban convencidas de que no podía haber profeta o Mesías ... , sin milagros . Y el << el hijo de la Promesa >> , al menos hasta los catorce años , no se había distinguido precisamente por dicha virtud . ( Con ocasión de la tercera << aventura >> descubriríamos que el Maestro sentía un notable rechazo hacia esta clase de manifestaciones , aparentemente << extranaturales >> .)
A pesar de la tensa situación familiar , José se las ingenió para ahorrar el dinero necesario , de cara al ingreso de su primogénito en la escuela rabínica de Jerusalén . Todo fue dispuesto - y bien dispuesto - para ese gran momento . Las cosas , al margen de estas incomprensiones , marchaban bien en el hogar de Nazaret . Los ingresos del contratista eran sustanciosos y en la casa no faltaban los alimentos , los vestidos ni las blancas piedras pulidas que servían de pizarras y en las que escribían y practicaban los hijos del matrimonio . Jesús fue autorizado a reanudar sus clase de música . El porvenir , en definitiva , parecía prometedor .
El 21 de agosto , María regalaría a su Hijo una espléndida túnica de lino confeccionada por ella misma .
- Jesús me abrazó emocionado , soltándome dos sonoros besos . Fue un día muy feliz ...
Un mes y cuatro días más tarde , aquella felicidad se convertiría en tragedia .
- No puedo ni debo ocultarlo , Jasón . Teníamos nuestras diferencias . Discutíamos ... Pero , en conjunto , la vida nos sonreía . Todo iba bien ....
La Señora bajó los ojos . Pero , tras unos segundos de vacilación , reanudó sus ex`plicaciones con idéntico coraje .
- Aquella mañana del martes , 25 de septiembre , todo se vino abajo . Un mensajero apareció en el taller de mi hijo y le anunció que José había sufrido un grave accidente . Al parecer , según dijo , había caído desde lo alto de una obra , en la residencia del gobernador , en Séforis ...
La reciente crucifixión de su Hijo y el recuerdo de aquellos tristes momentos en Nazaret quebraron la voz de María . Y en mi garganta - no pude evitarlo - se formó un ingrato nudo .
- ... Jesús y el mensajero vinieron a casa y , como buenamente pudieron , me explicaron que José se hallaba herido .... Ninguno de nosotros podía imaginar la gravedad de la situación . Quisimos creer que nada malo le sucedería . Estábamos en un error . Jesús se empeñó en ir a Séforis , aconsejándome que me quedara en casa . Me negué , por supuesto . Todavía no sé cómo ni de donde , pero eché mano de toda mi energía y se lo prohibí . Era yo quien debía correr a su lado . ¡ José era mi marido , mi amor ! Jesús obedeció y permaneció al cuidado de los niños . Yo , en compañía de Santiago y del mensajero , salí al momento hacia la ciudad . Cuando llegamos a Séforis , José había muerto.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡ FELIZ NAVIDAD !
A pesar de la tensa situación familiar , José se las ingenió para ahorrar el dinero necesario , de cara al ingreso de su primogénito en la escuela rabínica de Jerusalén . Todo fue dispuesto - y bien dispuesto - para ese gran momento . Las cosas , al margen de estas incomprensiones , marchaban bien en el hogar de Nazaret . Los ingresos del contratista eran sustanciosos y en la casa no faltaban los alimentos , los vestidos ni las blancas piedras pulidas que servían de pizarras y en las que escribían y practicaban los hijos del matrimonio . Jesús fue autorizado a reanudar sus clase de música . El porvenir , en definitiva , parecía prometedor .
El 21 de agosto , María regalaría a su Hijo una espléndida túnica de lino confeccionada por ella misma .
- Jesús me abrazó emocionado , soltándome dos sonoros besos . Fue un día muy feliz ...
Un mes y cuatro días más tarde , aquella felicidad se convertiría en tragedia .
- No puedo ni debo ocultarlo , Jasón . Teníamos nuestras diferencias . Discutíamos ... Pero , en conjunto , la vida nos sonreía . Todo iba bien ....
La Señora bajó los ojos . Pero , tras unos segundos de vacilación , reanudó sus ex`plicaciones con idéntico coraje .
- Aquella mañana del martes , 25 de septiembre , todo se vino abajo . Un mensajero apareció en el taller de mi hijo y le anunció que José había sufrido un grave accidente . Al parecer , según dijo , había caído desde lo alto de una obra , en la residencia del gobernador , en Séforis ...
La reciente crucifixión de su Hijo y el recuerdo de aquellos tristes momentos en Nazaret quebraron la voz de María . Y en mi garganta - no pude evitarlo - se formó un ingrato nudo .
- ... Jesús y el mensajero vinieron a casa y , como buenamente pudieron , me explicaron que José se hallaba herido .... Ninguno de nosotros podía imaginar la gravedad de la situación . Quisimos creer que nada malo le sucedería . Estábamos en un error . Jesús se empeñó en ir a Séforis , aconsejándome que me quedara en casa . Me negué , por supuesto . Todavía no sé cómo ni de donde , pero eché mano de toda mi energía y se lo prohibí . Era yo quien debía correr a su lado . ¡ José era mi marido , mi amor ! Jesús obedeció y permaneció al cuidado de los niños . Yo , en compañía de Santiago y del mensajero , salí al momento hacia la ciudad . Cuando llegamos a Séforis , José había muerto.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡ FELIZ NAVIDAD !
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