martes, 8 de septiembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 147 )

Empezaba a intuir la nueva obsesión del rudo pescador . Y así me lo confirmaría Angrés . Simón Pedro - a pasar del relativo y pasajero consuelo que significó para él la expresa mención de su nombre en una de las apariciones  - había caido en el error de creer que el Hijo del Hombre  de presentarse ante los  << escogidos >> por culpa de su cuádruple traición  en el patio de Anás , el suegro del sumo sacerdote . Por otra parte  , para terminar de enredar su ya confusa mente  , seguía resistiéndose  a caeptar el testimonio de las mujeres . La disyuntiva y el pánico a caer prisionero le tenían acorralado . Pco antes , cuando le vi cuchichear con Andrés  , Pedro había llegado a una decisión  : estaba dispuesto a separarse del grupo apostólico . Sólo así - pensaba el aturdido discípulo -, suponiendo que Jesús hubiera resucitado realmente  , se produciría  la ansiada aparición del Maestro a los suyos . Quedé perplejo .
- ¿ De verdad tiene intención de marcharse ?
El hermano asintió con resignación .
- Y nada ni nadie podrá hacerle cambiar de criterio - Remachó .
De eso sí estaba seguro . El que más adelante  llegaría a ser una de las << cabezas >>  del movimiento  cristiano era lento y tardió en sus decisiones , pero , una vez adoptadas ...
- ¿ Y cuándo piensa retirarse ?
Andrés no lo sabía con exactitud .
- No me lo ha dicho , pero imagino que esta misma noche  ...
Para mi estba claro que Simón Pedro era victime  en aquellas horas  de una aguda crisis neurótica . Bastaba con verle  y saber sus continuos  , complejos  y absusrdos  cambios  para intuir  que atravesaba  lo que hoy habríamos definido como alguna  de las formas clínicas dem la neurosis : de angustía , histérica  , fóbica u obsesiva . Quizá fuese una  mezcla de la primera y de la última .
El estado anímico de mi acompañante  - Andrés - era quizá uno de los más estables  : aliviado or liberación como jefe de aquellos despojos humanos  y prudentemente esperanzados . Su gran preocupación en aquellos momentos era Pedro . Solamente Pedro .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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