miércoles, 2 de septiembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 115 )

Jamás les había defraudado  y ahora ,  en tantas ocasiones  , se dispusieron a  cumplir  su último trabajo  en el particular servicio de postas  organizado  por el Zebedeo . Hacia  las 14,15 horas  , los últimos  << correos >>  abandonaron la mansión de Nicodemo  , rumbo a los cuatro puntos cardinales  : Damasco y Siria en el norte  ; Beersheba  , en el sur ; Alejandría  en el oeste  y Filadelfia y Betania en el este . Gracias a aquellos esforzados  y valientes  emisarios , la noticia de la resurrección  iba a ser conocida  por primera vez a cientos de Kilómetros  de Jerusalén  y por miles  de seguidores  del Hijo del Hombre  . En el fondo  era triste  y paradójico que , mientras aquellos veintiseis  hebreos  que apenas si habían conocido a Jesús  de Nazaret corrían por los caminos de Palestina con la buena nueva  , los íntimos del Maestro  - sobre los que pesaba la extensión del reino  - siguieran recluidos , cargados de miedo , incertidumbre  y desesperación  . Sin proponérmelo , había asistido a toda una lección de audacia y fe . Una lección que tampoco consta en los Evangelios ....
Tras la marcha  de los mensajeros  , apenas si crucé unas palabras con David  . Los incredulos  discipulos  siguieron atosigándole y , deseosos deperderlos de vista , se despidió de Nicodemo , informandole  de sus inmediatas intenciones  . Pasaría  de José de Arimatea  , recogería a Salomé , su madre  , y , acto seguido  , emprenderían viaje  a Betania  , a la residencia de Lázaro y sus hermanas  . Allí se alojaba  parte de la familia de Jesús  . Por lo que pude escuchar  , el Zebedeo había prometido a Marta y María  acompañarlas hasta Filadelfia , con el fin de reunirse con su hermano Lázaro , huido a causa de las amenazas del Sanedrín .
Y dicho y hecho . David salió del palcete  de Nicodemo , regresando a la ciudad . En el corto trecho en el que Juan Marcos y yo pudimos acompañarle  , el jefe de los << correos >> , tal y como suponía  , me facilitó una escueta y valiosa  información . Efectivamente , conicía a los famosos discípulos de Emaús . Pero , ante mi sorpresa , me aseguró que no eran exactamente  discípulos o creyentes en el reino  . Se trataba de dos hermanos  , pastores por más señas y , en consecuencia  , de pésima reputación . Uno de ellos , un tal Cleofás , el mayor , parecía sentir ciertas simpatías  por Jesús  . Pero nada más . El otr , Jacobo , en opinión de David , era una persona inquieta  y curiosa que , de vez en vez , acudía a las conferencias y enseñanzas del Galileo.
<< Seguramente podrás encontrarlos en casa de José  >> , añadió , advirtiéndome que  - como buenos pastores - quizá tratasen de engañarme .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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