jueves, 25 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 8 )

Al traspasar el umbral , el rústico exterior de la vivienda desapareció . Cruzamos un pequeño hall, todo él revestido  en piedra travertina y , falsamente  reverencioso , el miserable jefe del consejo me franqueó el paso a una segunda sala  , sin ventanas ,  en la que se respiraba  un penetrante perfume  a incienso . Atento a mis movimientos  se mostró satisfecho ante el asombro que pintaba mi rostro . La decoración daba cumplida cuenta  de su desmedido amor por el lujom . Resultaba poco menos  que inconcebible  que en una aldea  de tan modestas gentes y pretensiones pudiera alzarse una vivienda  que , a no dudar , habría sido la envidia  del mismísimo procurador . Las paredes  , del suelo a la techumbre  , aparecían forradas en bronce . Y en el centro geométrico de cada una de ellas , incrustados  en las planchas , brillaban sendos candelabros  sagrados  de medio metro de altura , trabajados en una especial piedra de Capadocia  ( algo similar al cristal de cuarzo ) . La transpariencia  de los siete brazos  de cada memorah era tal que , incluso sin ventanas , destellaban como diamantes  . Dos enormes lucernas  en forma de media luna  y en un delicado y repujado en hierro colgaban de las vigas de la techumbre , cubriendo la estancia  de una luz dorada  . Suspendidas aproximadamente a la altura de mi cabeza  ( algo menos de 1,80 m) , las lámparas quemaban las mechas por sendos << cuernos >> , dejando escapar los hilos de incienso por el centro . El piso , deliciosamente fresco  bajo mis pies  descalzos , se hallaba armado con losas de << brecia >> egipcia - el codiciado alabastro de color miel - , transportaba desde el Dshébel Urakan. Y en mitad de la << sala de estar >> , otra joya cuyo exorbitante precio sólo podía estar al alcance  de aquel corrompido representante de la ley : una mesa de casi metro y medio de diámetro y poco más de cuarenta centímetros de altura , fabricada con láminas circulares de limonero .( Entre los romanos estos muebles alcanzaban cotizaciones millonarias . Se cuenta , por ejemplo , que Cicerón poseía una de estas mesas  , valorada en quinientol mil sestercios ) Las patas , de marfil , había sido guarnecidas con aplicaciones de concha y pequeñas lágrimas de oro y plata .
Y replicando a mis pensamientos , comentó devorado por la soberbia :
- Dios , bendito sea , otorga poder y gloria a quien lo busca .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto