domingo, 14 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 141 )

Pero el lebrillo vacío y el voraz apetito de los hombres pudieron más que mi curiosidad . Y las mujeres  retornaron a lo alto de la plataforma , regresando con dos escudillas  de madera y seis platos  de barro cocido . Una de las vasijas  , en manos de maría  , aparecía  cubierta  con una taladera  , también de madera . Repartidos los platos  , la escudilla descubierta fue situada en el centro de la mesa . Contenía una enigmática  pasta , de una tonalidad lechosa , distraída  por dorados regueros  de miel líquida . Fue lo único que identifiqué . Alrededor del contenido había sido dispuesta  , con delicioso amor , una serie de << redondeles >> ( las típicas y crujientes tortas de trigo ). Y la Señora  , con una pícara sonrisa , permaneció en pie , con la escudilla entre las manos  . Y yo , torpe distraido , no reparé en el femenino gesto de la cocinera . E intrigado pregunté sobre la pasta  que tenía a la vista . La explicación de Ruth me dejó sin apetito : me encontraba ante una nutrida colección de langostas << peregrinas >> - una de las cuatro especies habitualmente consumidas por los israelitas -, previamente  descabezadas y desmembradas , secadas al sol y trituradas hasta el estado de polvo . La masa era mezclada  con flor de arina  y finalmente encurtida en miel . A veces solía macerarse en vinagre .
Supongo que palidecí . Y María , que continuaba expectante , se interesó `por mi salud . Fue entonces cuando reparé en su actitud . ¿ Por qué permanecía  como una estatua ? Al percibir cómo la miraba de arriba a bajo su taimada sonrisa  se propagó a los ojos , burlándose de mi despiste  . Y unas risitas mal contenidas , cruzadas entre las hijas , me hicieron sospechar que algo tramaban . Busqué  euxilio en los hombres . Pero , tan ignorantes como yo , se limitaron a encojerse de hombros . El << secreto >> , adiviné , debía estar en la escudilla que sostenía entre las manos .
Y al fin , con el suspense bien cuajado , se decidió a hablar :
- ¡ Sorpresa , Jasón !
Cierto . Lo había olvidado . Aquella cocinera  llamada María , << la de las palomas >> , lo había anunciado al iniciar los preparativos de la cena .
E inclinandose por encima de la mesa de piedra  extendió hacia este explorador  la vasija tan celosamente sellada . Y Ruth , divertida , la destapó .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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