miércoles, 10 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 128 )

A la mañana siguiente , consumada la ceremonia de aceptación de Santiago como miembro de pleno derecho en la comunidad de Israel , los hermanos , de regreso a Betania  , hicieron un alto en la falda occidental del monte de los Olivos . Y durante un tiempo , el recién estrenado ciudadano se deshizo en elogios y alabanzas hacia  la explendorosa Jerusalén .
- Jesús , en cambio , no abrió la boca . Miraba la ciudad y callaba . No fue posible abrir su corazón . Y a partir de esa mañana  se tornó silencioso y taciturno . Más aún : nada más entrar en la casa de Lázaro me comunicó que debíamos volver a Galilea . Y yo , casi de rodillas , le supliqué que esperásemos  un día más . Quería volver al templo y asistir a las discusiones de los doctores de la ley . Y Jesús  , acariciando mis cabellos , sonrió con cierta tristeza , aceptando . ¿ Sabes una cosa ? No le dije toda la verdad ...
- ¿ Le mentiste ?
 Santiago se sonrojó .
- Más o menos . Era cierto que deseaba contemplar a los sabios  . Lo que me guardé fue que me moría de ganas de verle discutir con ellos .
- ¡ Repugnante constructor de yugos ! - le amonestó Jacobo carñosamente-. Sólo a ti se te podía ocurrir una cosa semejante ?
Sin embargo , las secretas intenciones de Santiago se verían frustadas . Jesús , en efecto , le acompañó al templo y permanecieron  largo rato escuchando las discusiones . Pero , a pesar de las indirectas de su hermano , el Hijo del Hombre se mantuvo al margen.
- Yo le miraba y no terminaba  de entender . Estaba triste . Lo que oímos alli no debió de gustarle  . Aquello no era lo que me había contado mi madre . Y al final , muerto de curiosidad , le pregunté por qué no se  había decidido a intervenir  . Su respuesta , tantas veces escuchada  en las discusiones con mamá María  , me dejó como antes : << No ha llegado mi hora . >> Y pasando su brazo sobre mis hombros  nos dirigimos a Betania .
Al dá siguiente  , al alba  , abandonaban la aldea , dirigiéndose a Nazaret por el camino del Jordán- Fue en ese viaje de regreso a casa cuando Jesús , al relatarme lo ocurrido en su primera peregrinación a la Ciudad Santa  , cuando sólo contaba doce años , se puso especialmente serio y me hizo prometer que , si Él faltaba  algún día  , yo velaría por los más pequeños .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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