martes, 23 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 174 )

En determinadas ciudades  ( Migdal y Nahum entre otras ) eran controlados por los inspectores o supervisores . Pero , según sus propias palabras , éstos eran tan corruptos  como los propios mensajeros  . Sólo así podía entenderse el irregular trabajo << extra >> de mi interlocutor .
Al rato , secas la segunda y la tercera jarra , entró en escena la << burrita >> . Y con toda  clase de reverencias fue a depositar ante los nublados ojos del << correo >> una bandeja  de madera , con la << especialidad >>  de la casa : una suculenta carne de cordero  , intencionadamente aderezada  a base de pimienta molida  , semilla de ortiga , cebollas , col silvestre y huevos . La copa de vino recibió , además , el complemento de una prudencial dosis de resina  de granado . La cena , con semejante mortífera carga de afrodisíacos , se hallaba meticulosamente  estudiada para << estos casos >> . Lo más probable  es que , una vez devorada por el huésped y con la decisiva  ayuda de los vapores etílicos , la prostituta y el << rana >> no tubieran excesivas dificultades para << desplumar >> al ingenuo cliente .
La << amistad eterna >> que , en su embriaguez , llegó a jurarme el << correo >> fue derivando hacia una agobiemte pesadez , muy propia de los borrachos  . Por fortuna  , uno de los viajeros  que alborotaba en la mesa contigua - alertado sin duda por Heqet sobre mis supuestas riquezas - vino a rescatarme temporalmente  de los efusivos  abrazos del escribano . El fenicio , de cabellos teñidos en un rubio casi albino  y modales afeminados  , se presentó como el << más grande inventor de Tiro >>. . Por un momento no supe cuál de aquellos compañeros  de taberna  y albergue  era más temible . Y arm,andome  de paciencia  escuché su discurso , encaminado a la venta de un curioso artilugio que , con grandes misterios  , se dignó depositar ante mis narices . No puedo negar que el << invento >> , aceptando que fuera de su creación ,me desconcertó . La pequeña caja de madera de pino contenía en su interior  un total de cinco pequeñas ruedas metálicas dentadas , sabiamente engarzadas entre si por siete  ejes igualmente de hierro  . Según explicó , una vez acoplada a los radios  de la rueda de un carro , permitía  medir la distancia recorridas por el transporte  . Unos  sencillos cálculos  matemáticos  bastaban  para que , a cada milla , de la caja principal se desprendiera  un diminuto guijarro que iba a parar a un segundo recipiente  . De sta forma , concluido el viaje , el conductor  sólo tenía que contabilizar las piedras almacenadas en la segunda caja  , estableciendo el costo del servicio . Algo así como un primitivo pero ingenioso << taxímetro >>.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto