jueves, 25 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 7 )

Alertados por el escándalo  no tardaron en aparecer otros dos hombres . Y detrás , castigando sus prominentes mamas  con el balanceo de las prisas  , el saduceo , insomne y visiblemente irritado por el alboroto . Dios hizo que me quedase quieto . Y de esta guisa , sin mover un músculo , tratando de iluminar mi inteligencia  con alguna brillante y oportuna  idea , esperé el desenlace  de la escena . El sacerdote , embutido en una túnica  cuya blancura  lastimaba los ojos , penetró como un carro de guerra en mitad del confuso trio . Escuchó la sofocada y lastimera versión del acólito y , sin quitarme ojo , les ordenó que se retiraran . Aquello me sorprendió . Pero , sin perder la serenidad , continué en mi papel de estatua . Sólo podían ocurrir dos cosas . O que el viejo cirrótico aprovechara  la soledad del lugar y me lanzara a sus esbirros o bien que diera media vuelta  y me dejara plantado . Pues bien , sucedió lo que menos podía imaginar : Ismael , astuto como un zorro , pensaba  con el fulgor y la rapidez de una chispa eléctrica . Y en segundos , desconcertado quizá ante  mi supuesta audacia , le dio la vuelta  al colérico semblante  , tensando los << nevos >> en araña  delas mejillas con una artificial sonrisa . Y abriendo sus brazós en señal de paz caminó hacia quien esto escribe  . Como es de suponer , aquel cambio emanaba un inconfundible tufo a traición . Pero , dispuesto  a conquistar los objetivos que me había  trazado , decidí ponerme a su altura .
- El Único , bendito sea , favorece a los valientes -
el saludo , arrojándome el podrido aliento , confirmó mis impresiones .
- Sé bien venido a la casa de Ismael . Supongo que me buscas ....- Y con una desfachatez difícil de igualar me tomó por el brazo , invitándome a caminar a su lado -... Presiento - añadió mirándome de soslayo - que nuestro encuentro estaba escrito en los cielos .
<< No puedes imaginar hasta qué extremo >>, pensé para mis adentros .
-.... Es muy posible que ambos hayamos cometido errores  . Sin embargo , no hay nada que no pueda resolver la palabra y una oportuna medida de vino . Te ruego aceptes la hospitalidad de este anciano .
Creí estar al tanto de su error . Pero , ¿ cuál era el mío ? E instantáneamente  me vino a la memoría la crítica escena de la << blasfemia >> de Santiago . Yo estaba allí.
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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