jueves, 25 de febrero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 26 de abril , miércoles ( 5 )

De acuerdo con la tradición aparecía aislada del resto de las construcciones . Y  con la amable sencillez  que caracteriza alas gentes humildes , dos de las matronas , que seguían poco más o menos el mismo camino , se brindaron a conducirme  hasta el lugar . El barrio de los artesanos  y la << calle sur >> - itinerario seguido hacia la esquina  noroeste de la aldea - fueron iluminandose con la promesa de un día tan radiante  y caluroso como el anterior . A las puertas de las casas , en los patios  y callejones  , dueñas y jovencitas ponían a punto las hornadas , canturreando al ritmo de la molienda  , barriendo y baldeando el empedrado y alimentando las blancas columnas de humo de los fogones y hornos de pan que , sin querer  , venian a trazar en el celeste del cielo una Nazaret vertical , ondulada  y optimista  . Una Nazaret ajena a las miserias de hombres como Heqet y sus secuaces . Era increible  . A juzgar por los alegres y limpios saludos de los vecinos , nadie parecía al tanto de los turbulentos sucesos de la noche que acababa de retirarse .
En el cinturón de huertos que hacía de frontera  entre la colina  y las últimas casas , las risueñas mujeres  , con las ánforas sobre las cabezas , me dejaron prácticamente  encaminado en la dirección de la sinagoga  . El edificio de piedra , sentaba sus reales en una mediana explanada , abierta a cosa de medio centenar de pasos  de la aldea  . En principio , excepción hecha de los bloques de roca - cenicientos y desgastados por la erosión -, la construcción no sobresalía  del resto de las viviendas . Un casi imaginario senderillo rodeaba la casa por el flanco oriental , llevando directamente  a las dos puertas que se habrían en la cara norte . Ambas se hallaban cerradas . Imaginé que se trataba de las entradas a las sinagogas propiamente dicha . En esa misma fachada  norte , de unos quince metros de longitud  , ocupando la esquina occidental , aparecía  una construcción de menor envergadura  y claramente diferenciada  por el encalado de los muros . Presentaba también un portalón , semiclausurado por una cortina de lana escarlata . Y frente . Y frente a la que supuse vivienda del saduceo  , a cuatro metros de la entrada  , un pozo provisto de un trípode matálico del que colgaba  un húmedo y balanceante cubo de madera  . Amarrada al brocal me observaba indiferente una pareja de asnos de pelaje negro y ensortijado..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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