miércoles, 2 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 - 22 de abril , sábado ( 3 )

Absorto en tales pensamientos - de vital importancia a la hora de mover o no el Módulo -, necesité un par de minutos para reparar en << algo >> que , súbitamente , inundó la colina . ¿ Cómo lo definiría  ? Fue un silencio sonoro . De buenas a primeras dejé de oír el trino de los pájaros  . Levanté la vista  hacia el circo rocoso . Aquéllos  , efectivamente , habían desaparecido . Todo a mi alrededor  - el zumbido de los insectos  y el leve y multicolor aleteo de las flores - parecía muerto . O quizá debería decir << dormido >> . Y una extraña sensación  de ahogo , acompañada de un sudor frío , me invadió de repente . Es difícil de explicar . Mis pasos , sin yo proponérmelo , me situaron al norte de la << cuna >> . Y el ahogo desapareció de golpe , transformándose en un cuasi ataque de histeria . Mis rodillas se agitaron y todo mi ser se convulsionó , cerrando mi garganta . Lo intenté  , pero fui incapaz . No logré abrir la conexión auditiva . De nuevo , como ocurriera en la playa de Saidan  , el miedo , los nervios  y la sorpresa me fulminaron , convirtiéndome en otra persona  . Y los escalofríos  me barrieron . A tientas , olvidando las << crótalos >> , palpé las paredes  de la nave , buscando la también invisible escalerilla de acceso . Aturdido , me golpeé  con uno de los soportes  y a punto estuve  de caer en tierra  . Cuando conseguí penetrar en el módulo me abalancé sobre los paneles de control . Eliseo , desconcertado , me vio manipular los registros IR . << Mi aspecto - me confesaría cuando todo aquello terminó - era terrible : sudoroso , con los ojos desencajados y los dedos cripados  como garfios ... >>
Tal y como suponía  , el cinturón de seguridad - incluso proyectado a cuatrocientos metros - arrojó una lectura negativa . ¡ Allí no había nadie ! Pero entonces ...
- ¿ Qué sucede ?
La pregunta de mi compañero quedó en el aire . ¡ No era posible ! ¡ Los sistemas de alerta y detección tendrían que haberse disparado !
<< Chequeé >> los circuitos por segunda vez  . ¡ Nagativo ! Y lentamente me dejé caer sobre el asiento de pilotaje . Mis nervios fueron templándose y el nudo en la garganta se disiolvió .
-  ¡ Maldita sea ! ¿ Se puede saber que demonios te ocurre ?
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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