Mi compañero - a juzgar por la expresión de su rostro - no lo comprendió .
- Se ha dicho : << Vosotros no podéis ver mi rostro , ya que ningún mortal puede verme y vivir . >> Pues bien , yo os digo que ningún ser material podría contemplar el espítu de Dios y preservar su existencia terrestre . Es imposible a los grupos inferiores de seres espirituales y a todos los órdenes de personalidades materiales captar la gloria y el resplandor espiritual de esa presencia del Padre es una luz que ningún mortal puede siportar , que ninguna criatura material ha visto y que no podrá ver .
- En resumen - le manifestó en su honesta simplicidad -, que después de la muerte tampoco le veremos ...
- Hijo mío , en la inmensidad de la creación , Dios no trata directamente con las personalidades dotadas de voluntad . Lo hace de otras maneras : como te he dicho , << instalandose >> en lo más íntimo de cada ser y a traves de un vasto circuito de personalidades celestes .
- ¿ Te das cuenta de lo que acabas de exponer ?
Supongo que aquella perplejidad en el rostro del Maestro fue simulada .
- Si no te he entendido mal - prosiguió Eliseo ., Dios se << instala >> en cada uno de nosotros ...
El Señor no tenía prisa en responder . Se concedió unos segundos , multiplicando así la ansiedad de mi hermano .
- Ésa , mi pequeño curioso , es la más grande verdad que podrás escuchar de mis labios .
Y desplazando sus ojos hacia mi persona , subrayó:
- Tu hermano lo sabe : la falsedad no puede anidar en mi alma . Y yo te digo que cada criatura mortal dotada de inteligencia y voluntad recibe , directamente del Padre , una << chispa >> de Él mismo , enviada desde el Para´so y que vive en el órgano mental de los mortales , ayudándlos a desarrollar su alma inmortal , destinada a sobrevivir por toda la eternedad . La presencia de este << ajustador divino >> ( así podríamos calificarlo ) en la mente humana es revelada merced a tres fenómenos esperienciales : a la plenitud intelectual para conocer a Dios , a la necesidad espiritual de encontrarle y al intenso deseo de toda personalidad de parecérsele .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez
- Se ha dicho : << Vosotros no podéis ver mi rostro , ya que ningún mortal puede verme y vivir . >> Pues bien , yo os digo que ningún ser material podría contemplar el espítu de Dios y preservar su existencia terrestre . Es imposible a los grupos inferiores de seres espirituales y a todos los órdenes de personalidades materiales captar la gloria y el resplandor espiritual de esa presencia del Padre es una luz que ningún mortal puede siportar , que ninguna criatura material ha visto y que no podrá ver .
- En resumen - le manifestó en su honesta simplicidad -, que después de la muerte tampoco le veremos ...
- Hijo mío , en la inmensidad de la creación , Dios no trata directamente con las personalidades dotadas de voluntad . Lo hace de otras maneras : como te he dicho , << instalandose >> en lo más íntimo de cada ser y a traves de un vasto circuito de personalidades celestes .
- ¿ Te das cuenta de lo que acabas de exponer ?
Supongo que aquella perplejidad en el rostro del Maestro fue simulada .
- Si no te he entendido mal - prosiguió Eliseo ., Dios se << instala >> en cada uno de nosotros ...
El Señor no tenía prisa en responder . Se concedió unos segundos , multiplicando así la ansiedad de mi hermano .
- Ésa , mi pequeño curioso , es la más grande verdad que podrás escuchar de mis labios .
Y desplazando sus ojos hacia mi persona , subrayó:
- Tu hermano lo sabe : la falsedad no puede anidar en mi alma . Y yo te digo que cada criatura mortal dotada de inteligencia y voluntad recibe , directamente del Padre , una << chispa >> de Él mismo , enviada desde el Para´so y que vive en el órgano mental de los mortales , ayudándlos a desarrollar su alma inmortal , destinada a sobrevivir por toda la eternedad . La presencia de este << ajustador divino >> ( así podríamos calificarlo ) en la mente humana es revelada merced a tres fenómenos esperienciales : a la plenitud intelectual para conocer a Dios , a la necesidad espiritual de encontrarle y al intenso deseo de toda personalidad de parecérsele .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez
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