jueves, 3 de septiembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 118 )

Nada más perder de vista  el mercadillo de los tirios , Juan Marcos se echó a la izquierda  , entrando en un fétido y claroscuro laberintos de recovecos  , pasadizos  y callejones  sin aparente salida  . Aquello no eran calles . Era una demencial red de casuchas imbricadas entre sí , formando un dédalo infernal , apestoso , devorado por la humedad que roía la cal de las paredes de adobe y que me recordó las peores zonas de la Casba  de Argel. Del interior de muchas de las viviendas  ( ? ) , formadas en su mayoría  por una única y cavernosa estancia  , escapaba un vapor  agresivo , con un penetrante  olor urinoso , que me recordó el carbonato de sosa o natrum carbonicum . Al asomarme  al negro umbral de una de las puertas  ,medio percibí a dos o tres individuos  chapoteando y restregando una serie de lienzos  en el interior  de un enorme lebrillo de barro .. En uno de los rincones  , excabados en el suelo  de tierra apisonada  , un grosero hogas  havía  borbotear un gran caldero  de bronce  del que , justamente  , se elvaba  aquel vaho , comu´n  a toda la zona  . Eran los bataneros  o << lavanderos >> , auténticos  parias de la sociedad judía  , paganos en casi su totalidad  , luchando por espumar  las mugrientas vestiduras  de muchos de sus paisanos  . Utilizaban para ello el natrón , unas pastillas de carbonato de sosa , importado de Siria  y Egipto y que hacía  las veces de nuestro jabón . Una vez lavadas , las túnicas , ropones , faldellines , etc , eran colgados  entre casa y casa  , convirtiendo los ya angostos  y confusos callejones en un tendedero multicolor  y chorreante . De vez en vez  , a causa del irritante vapor  , los bataneros  carraspeaban , escupiendo sus esputos  y salivazos  en mitad de los  atormentados  e irregulares  adoquines . Aquella sucia  y repugnante  costumbre , forzaba en realidad por las duras condiciones  del oficio , había derivado  , con el paso de los años  , en un símbolo de impureza religiosa . Y aunque constituía  un hábito generalizado en todas las clases sociales  - incluidas las más refinadas -, el alambicamiento de las leyes y prescripciones religiosas  había conducido  a situaciones  tan absurdas como la siguiente : el esputo de un pagano del barrio alto contaminaba  ; el de un judío del sector opuesto - de la ciudad alta  -no. La << contaminación >> , naturalmente  , era de caracter ritual o religioso .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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