Aguardé expectante . Pero la entrada en escena del siervo frustó la aclaración del nervioso dueño de la casa . El esclavo había concluido su cometido y preguntó al amo si consideraba necesario reclamar la presencia de un médico . El de Arimatea me repitó la cuastión y , yo , convencido de que los síntomas reflejaban únicamente un trastorno pasajero y de poca monta , negué con la cabeza . El inoportuno sirviente se retiró y José , que parecía haber olvidado sus anteriores palabras , dio medial vuelta , reincorporándose al grupo . María , casi respuesta , se hallaba recostada sobre varios almohadones . Alguien le acababa de proporcionar una copa de vino y , sorbo a sorbo , luchaba por entonarse .
el de Arimatea solicitó silencio . Y dirigiéndose a la de Magdala , le preguntó :
- ¿ Quieres repetirnos lo ocurrido ?
La mujer levanto los ojos . Nos miró con un infinito cansancio y accedió con un casi imperceptible movimiento de cabeza . Una solitaria lágrima había empezado a rodar `por su mejilla derecha . Sentí lástima . Tres apariciones , y en todas como testigo , era demasiado ... Aquella situación empezaba a preocuparme seriamente . ¿ Estaba la de Magdala en su sano juicio ? ¿ No sería que la muerte de su adorado Maestro la había trastornado ? En aquellos momentos lamenté no haber indagado en los antecedentes de María . ¿ Qué había querido decir el evangelista cuando asegura que la Magdalena fue curada por Jesús , << expulsando de ella siete demonios >> ? ¿ Se trataba de algun tipo de enfermedad mental ? ¡ Quizá de una ninfomanía ? ¿ O estaba refiriéndose a un contagio venéreo ? No podía olvidar sus años como protituta en la villa de Magdala .... Claro que la citada expresión -<< siete espíritus malignos o inmundos >> - podía ser igualmente una << clave >> o una imagen esotérica o cabalística , ala que eran tan aficionados los orientales . Y me prometí a mi mismo que a la primera oportunidad hablaría con ella e intentaría reconstruir su << historial Clínico >> . A primera vista , María era una mujer sana . Con demasiada experiencia para su edad - fruto de su trabajo como cortesana -, valiente y sincera .Se revelaba contra la odiosa e injusta opresión de sus compañeras en la sociedadjudía . Siempre me había llamado la atención su audacia y la claridad mental . Y , por enésima vez , me pregunté si estaría siendo victima de lagún tipo de alucinación o de neurosis . Dentro del complejo mundo de la psicopatología de la percepción , el estado afectivo del individuo puede condicionar gravemente la objetividad de lo que se observa o de lo que se cree observar . Y el ánimo de María , como el de muchos de los discipulos , se hallaba quebrantado por los últimos y funestos sucesos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
el de Arimatea solicitó silencio . Y dirigiéndose a la de Magdala , le preguntó :
- ¿ Quieres repetirnos lo ocurrido ?
La mujer levanto los ojos . Nos miró con un infinito cansancio y accedió con un casi imperceptible movimiento de cabeza . Una solitaria lágrima había empezado a rodar `por su mejilla derecha . Sentí lástima . Tres apariciones , y en todas como testigo , era demasiado ... Aquella situación empezaba a preocuparme seriamente . ¿ Estaba la de Magdala en su sano juicio ? ¿ No sería que la muerte de su adorado Maestro la había trastornado ? En aquellos momentos lamenté no haber indagado en los antecedentes de María . ¿ Qué había querido decir el evangelista cuando asegura que la Magdalena fue curada por Jesús , << expulsando de ella siete demonios >> ? ¿ Se trataba de algun tipo de enfermedad mental ? ¡ Quizá de una ninfomanía ? ¿ O estaba refiriéndose a un contagio venéreo ? No podía olvidar sus años como protituta en la villa de Magdala .... Claro que la citada expresión -<< siete espíritus malignos o inmundos >> - podía ser igualmente una << clave >> o una imagen esotérica o cabalística , ala que eran tan aficionados los orientales . Y me prometí a mi mismo que a la primera oportunidad hablaría con ella e intentaría reconstruir su << historial Clínico >> . A primera vista , María era una mujer sana . Con demasiada experiencia para su edad - fruto de su trabajo como cortesana -, valiente y sincera .Se revelaba contra la odiosa e injusta opresión de sus compañeras en la sociedadjudía . Siempre me había llamado la atención su audacia y la claridad mental . Y , por enésima vez , me pregunté si estaría siendo victima de lagún tipo de alucinación o de neurosis . Dentro del complejo mundo de la psicopatología de la percepción , el estado afectivo del individuo puede condicionar gravemente la objetividad de lo que se observa o de lo que se cree observar . Y el ánimo de María , como el de muchos de los discipulos , se hallaba quebrantado por los últimos y funestos sucesos .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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