viernes, 4 de septiembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 126 )

El golpe había quebrado el pie sobre el que se sustentaba  la caja de hierro , que resultó igualmente dañada  en una  de sus aristas y en tres  de las cuatro láminas  de vidrio coloreado  . Con cierto nerviosismo  , simulando  un especial interes  por el labrado  del farol , le rogué que me dejara examinarlo  . Y el hombre , encogiendose de hombros  , lo extendió hacia mi . Noté cómo las piernas me flaqueaban  . Entre las fisuras de los cristales  percibí la triple  mecha de cáñamo y el cuenco destinado a las cargas de aceite . Y por debajo , tanteando con los dedos , ¡ el micrófono ! , sólidamente imantado a la base del farol .
Ahora debía desprenderlo y ocultarlo en la bolsa de hule  . Pero el herrero y Juan Marcos seguían pendientes  de mis movimientos  y de mi decisión . Tenía que encontrar la formula  de distraerlos  o alejarlos  de mi durante unos segundos .
Pregunté al capataz cuándo calculaba  que estaría listo y a cuanto podía subir la reparación  . No supo responder a ninguna  de las cuestiones  . Aquello , aparentemente  tan fácil , empezaba a enredarse . Y el jefe del taller  , impaciente  por lo que  , en efecto , parecía una minucia  , hizo ademán  de retirar el farol . Por un momento creí desfallecer  . Pero , recordando mi promesa  de obsequiar a la madre del zagal , retube la pieza , manifestándole algo que si complació  al quenita . A gritos , aproximando mi rostro a su oído , le expuse que deseaba  comprarle algún objeto , con la condición de que fuera realmente valioso y original . Al no especificarle que el destinatario era una mujer , el artesano interpretó que el regalo en cuestión  iba dirigido a un hombre  . la verdad es que en aquellos tiempos y en la sociedad judía no era muy frecuente que los varones  obsequiasen a las mujeres  . Y mucho menos  tratandose de un pagano extranjero ...
El involuntario error por ambas partes  iba a conducirme  a un sensacional descubrimiento  , al menos desde la óptica  de la industria metalúrgica .
- ¿ Valioso y original ? -repitió el herrero .
Asentí sin titubear .
Y dando media vuelta  se dirigió hacia el tercer horno . el que tenia forma de pozo . Mi guía  se fue tras él y , sin pensarlo dos veces  , introdule la mano  por la base del árbol  , despegando el micrófono . Sin darme mucha cuenta de lo que hacía  , arrojé la caja metálica  sobre las marmitasde bronce , apresurandome a guardarlo . Sin poder evitarlo , cerré los ojos y respiré  con todas mis fuerzas .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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