viernes, 4 de septiembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 2 - 9 de abril , domingo ( 124 )

El caso es que de pronto , me vi en un amplio patio descubierto de unos 15 por diez metros  . Ante mi se habría un espectáculo que hubiera sido reconocido por los hombres de la Edad Media e , incluso , del siglo XIX . Media docena de hombres musculosos  , de peil tostada  y bañados en sudor  , cubiertos únicamente por los saq o taparrabos  , se afanaban sobre otros tantos yunques . Co la mano izquierda  , ayudados de grandes tenazas de hierro , sujetaban diversas piezas rusientes , que eran rítmica y sistemáticamente  golpeadas con pesados y negros martillos . De vez en vez , suspendían el golpeteo , introduciendo los enrojecidos  metales en unas cubas  de madera repletas de agua  o arena , provocando silbantes  columnas de humo blanco . El estruendo tan ensordecedor  que Juan Marcos  , que se había adelantado  hacía uno de los herreros  , tuvo que hablarle casi por señas . Al fondo del recinto se alineaban  tres curiosas fraguas  . Dos eran semiesféricas  , rematadas por unas picudas y altas chimeneas  . La tercera - construida  también  a base de bloques calizos  - tenía la forma de un pozo . En la base de las dos primeras  , a traves  de sendas << ventanas >>  practicadas en las piedras  , flameaban unos fuegos rojizos  y voraces . Según el quenita  que regentaba el taller  - descendiente de una antigua familia fenicia de herreros  ambulantes - , los hornos  cerrados se destinaban  habitualmente  a la fundición de pequeñas  cantidades de cobre . El << tueste >> preliminar del mineral , extraido  de las minas  del wadi - Arabá  , al sur del mar Muerto , se practicaba  en hornos situados  en las proximidades  de dichos  yacimientos  . En cuanto a los lingotes  destinados a la exportación , eran preparados  en otra gran fundición  : la de Esyón - Guéber , obra de Salomón . A Jerusalén , por tanto , el metal  llegaba listo  para su última y definitiva  transformación . Un ingenioso sistema  subterráneo  en forma de << L >> y recubierto de ladrillo hacía las veces  de conducto de aire . éste era insuflado mediante grandes y no menos  artesanales  << globos >> , más que fuelles  . Consistían en volumonosos  pellejos  de buey o vaca , amarrados  por el cuello y ano e hinchados  a pulmón . Una plancha circular , de madera de pino , provista de una abrazadera  y fijada con cuerdas a la parte superior  de cada odre ,servía para desincharlos .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto