La verdad es que lo ignorábamos casi todo sobre el particular . ¿ Cuánto tiempo permaneció el nazareno en la aldea ? ¿ ¿ A qué decicó esos años ? ¿ Cuáles fueron sus relaciones con los habitantes del poblado? ¿ En qué momento supo de su naturaleza divina ? ¿ Llegó a gestar algún plan ? ¿ Por qué abandono aquellos parajes ? Los interrogantes eran tantos y el tiempo tan menguado que , ganado por la impaciencia , decidí actuar de inmediato aunque extremando la prudencia . El deterioro de las relaciones con el Zebedeo me preocupaba .
Y muy a mi pesar , consciente de que la celda podía ser abierta de una patada , tuve que renunciar a cargar con el saco de viaje . Las sandalias de respuesto y la docena de fármacos camufladas en sendas ampolletas de arcilla podían resultar apetecibles para cualquier ladrón . Me encogí de ombros y dejando el asunto en mannos de la providencia me dirigí a la puerta . Al abrirla reparé en unos grafiti , grabados a cuchillo sobre la madera y que , a buen seguro , eran obra de clientes descontentos . En griego y arameo podía leerse : << Al fuego con el enano >> , << Caminante : no te fies de la morena >> Heqet : andares de rana y corazón de víbora >> ...
Lo tendría presente . Y después de tres o cuatro intentos , un chasquido me hizo suponer que la puerta había quedado cerrada . Y sin prisas , husmeando cada rincón , descendí al solitario corral . Tan sólo el patear de uno de los asnos contra el pavimento quebraba el silencio del lugar . Mi propósito era simple : antes de atacar la investigación propiamente dicha - que debía fundarse en las conversaciones con María y demás parientes y conocidos del Maestro - recorrería Nazaret , familiarizándome con los perfiles físicos . Mas , he aquí que cuando cruzaba el rojo enlosado de ladrillo , la voz del posadero me reclamó desde el umbral de una de las puertas . No me dió tiempo a declinar la invitación . Para cuando quise excusarme , << el rana >> había regresado al interior . Contrariado pasé de nuevo por delante del pozo central , deteniéndome frente a la oscuridad . Me encontraba , como en el albergue del << tuerto >> , ante la pieza principal del edificio : una taberna - comedor y , según comprobaría esa mismanoche , si las circunstancias así lo pintaban , centro de reunión de cuantos precisaban se les escribiera una carta , se les << recetara >> un remedio para el ganado o se les extrajera una muela .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
Y muy a mi pesar , consciente de que la celda podía ser abierta de una patada , tuve que renunciar a cargar con el saco de viaje . Las sandalias de respuesto y la docena de fármacos camufladas en sendas ampolletas de arcilla podían resultar apetecibles para cualquier ladrón . Me encogí de ombros y dejando el asunto en mannos de la providencia me dirigí a la puerta . Al abrirla reparé en unos grafiti , grabados a cuchillo sobre la madera y que , a buen seguro , eran obra de clientes descontentos . En griego y arameo podía leerse : << Al fuego con el enano >> , << Caminante : no te fies de la morena >> Heqet : andares de rana y corazón de víbora >> ...
Lo tendría presente . Y después de tres o cuatro intentos , un chasquido me hizo suponer que la puerta había quedado cerrada . Y sin prisas , husmeando cada rincón , descendí al solitario corral . Tan sólo el patear de uno de los asnos contra el pavimento quebraba el silencio del lugar . Mi propósito era simple : antes de atacar la investigación propiamente dicha - que debía fundarse en las conversaciones con María y demás parientes y conocidos del Maestro - recorrería Nazaret , familiarizándome con los perfiles físicos . Mas , he aquí que cuando cruzaba el rojo enlosado de ladrillo , la voz del posadero me reclamó desde el umbral de una de las puertas . No me dió tiempo a declinar la invitación . Para cuando quise excusarme , << el rana >> había regresado al interior . Contrariado pasé de nuevo por delante del pozo central , deteniéndome frente a la oscuridad . Me encontraba , como en el albergue del << tuerto >> , ante la pieza principal del edificio : una taberna - comedor y , según comprobaría esa mismanoche , si las circunstancias así lo pintaban , centro de reunión de cuantos precisaban se les escribiera una carta , se les << recetara >> un remedio para el ganado o se les extrajera una muela .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
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