sábado, 16 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes , ( 23 )

La verdad  es que lo ignorábamos  casi todo sobre el particular . ¿ Cuánto tiempo permaneció el nazareno en la aldea ? ¿ ¿ A qué decicó esos años  ? ¿ Cuáles fueron sus relaciones  con los habitantes del poblado? ¿ En qué momento supo de su naturaleza divina  ? ¿ Llegó a gestar algún plan ? ¿ Por qué abandono aquellos parajes  ? Los interrogantes  eran tantos  y el tiempo tan menguado  que , ganado por la impaciencia , decidí actuar de inmediato aunque extremando la prudencia  . El deterioro de las relaciones con el Zebedeo me preocupaba .
Y muy a mi pesar , consciente de que la celda podía ser abierta  de una patada , tuve que renunciar a cargar con el saco de viaje . Las sandalias de respuesto y la docena de fármacos camufladas en sendas ampolletas de arcilla podían  resultar apetecibles para cualquier ladrón  . Me encogí de ombros y dejando el asunto en mannos de la providencia  me dirigí a la puerta . Al abrirla  reparé  en unos grafiti , grabados a cuchillo sobre la madera  y que , a buen seguro , eran obra de clientes descontentos . En griego y arameo  podía leerse : << Al fuego con el enano >> , << Caminante : no te fies de la morena  >>  Heqet : andares de rana y corazón de víbora >> ...
Lo tendría presente . Y después de tres o cuatro intentos , un chasquido me hizo suponer que la puerta había quedado cerrada  . Y sin prisas , husmeando cada rincón , descendí al solitario corral . Tan sólo el patear de uno de los asnos  contra el pavimento quebraba  el silencio del lugar . Mi propósito era simple  : antes de atacar la investigación propiamente dicha - que debía  fundarse en las conversaciones   con María  y demás  parientes  y conocidos del Maestro - recorrería  Nazaret , familiarizándome  con los perfiles físicos  . Mas , he aquí que cuando cruzaba  el rojo enlosado de ladrillo , la voz del posadero me reclamó desde el umbral de una de las puertas . No me dió tiempo a declinar la invitación . Para cuando quise excusarme  , << el rana >> había regresado al interior  . Contrariado pasé de nuevo por delante del pozo central , deteniéndome frente a la oscuridad  . Me encontraba , como en el albergue del << tuerto >> , ante la pieza principal del edificio : una taberna - comedor  y , según comprobaría  esa mismanoche  , si las circunstancias así lo pintaban , centro de reunión de cuantos precisaban se les escribiera  una carta , se les  << recetara >> un remedio para el ganado o se les extrajera una muela .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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