lunes, 18 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 34)

De entre los presentes  sólo reconocí  a Santiago , el segundo hijo de María . Los demás , tanbién jóvenes  , parecian parientes  . Prudentemente  continué de pie , en silencio , respetuoso con la conversación que llevaban entre manos  . Al parecer  - manifestó el hombre que se sentaba  al lado de Santiago -, el ambiente  en Nazaret se había enrarecido . No era lugar seguro  para los simpatizantes y parientes del Maestro y , mucho , menos , para la madre del Resucitado.
¡ Torpe de mí ! Excitado ante la quizá irrepetible oportunidad de contemplar el hogar del Galileo apenas presté atención a la premonitaria  información del desconocido : un judío , íntimo de Jesús , que vendría a proporconarme interesantes  y muy secretas  páginas sobre aquellos lejanos  años de la adolescencia y de la juventud . Y durante  algunos minutos  , ajeno a la trama  de la charla  , me enfrasqué  en una minuciosa  inspección  de cuanto me rodeaba .
De no haber sido por lo que representaba  , la sala en cuestión hubiera pasado desapercibida  . Su distribución  , escasos enseres  , iluminación , todo era similar  a lo ya  visto en otras humildes viviendas de Palestina  . De acuerdo con la costumbre en los pueblos agrícolas  , la pieza  - de unos cuatro metros  de lado - aparecia repartida  en dos zonas bien diferenciadas . En la mitad izquierda  , el nivel del suelo se hallaba elevado algo más de ochenta centímetros  , formando una plataforma  de obra . Esta elevación , como digo , ocupaba  la mitad del habitáculo y era destinada  a cocina  y dormitorio . En su ángulo izquierdo , el albañil - muy probablemente  el fallecido José  - se había esperado en la construcción de un fogón de ladrillo refractario de unos cuarenta centímetros  de altura que cerraba  la mencionada esquina . Los << fuegos >> consistían en una plancha de hierro triangular , sólidamente empotrada  en los muros  , que descansaba  sobre el cierre de fábrica . La leña era introducida  y avivada  por una abertura estrecha  y rectangular practicada  al pie de la pared de ladrillo . En invierno , la chapa de metal al rojo aliviaba los rigores del frío . Los humos  eran expulsados  mediante una chimenea , triangular como el fogón , que subía  por la confluencia  de las paredes  , perforando el techo . Teniendo en cuenta  que en la mayoría  de los modestos hogares  judíos los gases y humos resultantes de la combustión escapaban por donde podían , el tiro de la casa de María sí podía estimarse como un << lujo >>.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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