domingo, 31 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 86 )

Tampoco el ritual  de la inmolación era usual entre las hembras de Israel . Y si alguna vez recibían autorización para << sacudir las porciones  en los sacrificios  o imponer las manos  sobre las cabezas  de las victimas >> era única y exclusivamente  << para calmarlas >> . Y menos mal que el Deuteronomio expresa con claridad  que las << mujeres  y los niños >> debían congregarse , al igual que los hombres  , frente a Yavé , para escuchar su palabra  . Estos supuso la posibilidad de que entraran  a las sinagogas aunque , eso sí , separadas por un enrejado o una barrera  .... Incluso se llegó  s construir una tribuna  especial para ellas , provista de una entrada  particular . Ni que decir tiene  que hacer uso de la palabra  en dichas sinagogas  era algo << inconcebible >>.  ¿ Una mujer leyendo la palabra  de Dios ? Hubiera sido como imaginar a un perro profetizado ...
Sobre sus espaldas , en cambio , recaía  todo el peso del trabajo en el hogar  , amén de hilar , tejer o atender multitud de faenas agrícolas . Ellas eran las responsables  de la diaria  fabricación del pan  . Debían triturar el grano en los molinos  caseros , transportar la artesa  con la masa fermentada  y proceder a la  cocción  . Una labor dura que exigía  una considerable fuerza y resistencia  físicas . Y eran las mujeres las que , habitualmente  , tenían a su cargo el cotidioano transporte del agua  , cargando toda suerte de tinajas  . Ellas , en fin , lavaban , cocinaban , amamantaban , vestían y aseaban a los hijos  , zurcían , atendían  la limpiza general de la casa  , vigilaban la sagrada llama  que debía arder todo el sábado , servían la mesa y el vino al marido  e , incluso , estaban obligadas  a lavar sus pies . La suerte de las niñas judías  , en general , estaba trazada desde su nacimiento : eran educadas para servir al macho . En una primera etapa , al padre y hermanos . Después , a partir de los doce años  y medio , al marido . Y como cantaban las mordaces galileas , << nunca se sabía qué era peor >>. Y hablando de las galileas , aunque estas severas e insultantes leyes y tradiciones rezaban igual para la totalidad del país  , en la << patria chica  >> de Jesús  no todo era tan tenebroso para las féminas . En la práctica  - de puertas adentro - , tanto el hombre como la mujer  se dejaban guiar  por el sentido común  y , naturalmente por el amor . Sólo los muy ortodoxos  mantenían esas diferencias , con el consiguiente rechazo y las justificadas chanzas del resto de la población . A la hora de la cotidiana  e implacable  realidad , la mujer - como siempre  -, bien por su intuición  , experiencia  o buen hacer , era la que aconsejaba  y acertaba .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio martinez

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