jueves, 14 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes , ( 11 )

Podía admitirse que el origen de la dolencia  no fuese  un pecado cometido por el enfermo . En ese caso  , el o los culpables  había que buscarlos en la familia  o en sus antepados . Ésta , ni más ni menos , fuela la filosofía  que movió a los discípulos  a preguntar al rabí de Galilea cuando , en determinado momento de su vida pública , le presentaron a un ciego : << ¿ Quién pecó , éste o sus padres , para que naciera ciego ? >>
Mi sarcamos debilitó la vehemencia del Zebedeo . Pero , a partir de aquel enfrentamiento , Jasón , el griego , hijo de Tesalónica , fue borrado de su corazón . Y los cuatro escarpados , verdes y luminosos kilómetros que restaban a la aldea de Jesús fueron los más rensos e interminables de nuestra accidentada travesía desde las orillas del lago ...
Por mi parte , todo quedó olvidado cuando , a eso de las ocho de la mañana  , al coronar un cota de 511 metros , el bosque se abrió y María , gozosa , gritó el nombre  tanto tiempo esperado : << Nazaret >> , la blanca << flor >> entre colinas ... Jadeantes y sudurosos , obedeciendo un impulso común , nos deshicimos  de los sacos de viaje , cautivados  por aquel interminable  y montañoso verdor . La nazaret actual y su entorno no guardaban el menor  parecido  con el ondulado vergel que abrazaba entonces a la pequeña aldea en la que creció y vivió Jesús durante veintiséis años . Al descubrir  el racimo de casitas , plateadas en la distancia  , acurrucadas como una paloma indefensa  al pie de una de las elevaciones y materialmente  custodiadas y cercadas por toda suerte de plantaciones , huertos y bosques , mis pulsos se aceleraron . Y una íntima y gratificante  emoción - preludio de nuevos y notables descubrimientos  acerca de la figura  del Maestro  - colmó el alma de este ansioso explorador  . En un radio de un kilómetro , tomando como centro el poblado , llegué a sumar hasta quince suaves colinas , todas arboladas o salpicadas de olivos  , viñas , terrazas escalonadas  con florecientes  y apretados corros de trigo y cebada  y decenas de chozas y casas cúbicas , de una sola planta  , cuya blancura competía  con la de los tres caminos  que abrazaban la base del Nebi Sa " in , el monte de 488 metros en cuya falda oriental se refugiaba  Nazaret.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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