domingo, 17 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes , ( 29 )

En aquel tiempo , no podemos olvidarlo  , Caná , muy próxima  a la aldea de Jesús  , ostentaba el rango  y la condición de << ciudad notable  >> , considerablemente  más populosa , rica y << civilizada >> que aquel perdido puñado casas , agazapadas en una no menos remota  colina  . Si los habitantes de Caná  podían contarse por miles  , los de Nazaret , en cambio , sumaban medio centenar escaso de familias  , con un contingente  aproximado de trescientas  a trescientas cincuenta almas . Eso era todo . En este marco - con sus ventajas e inconvenientes - creció y despertó a la vida el Hijo del Hombre . Al término de su mal llamada  << vida oculta >>  , los inconvenientes  eclipsaron  las ventajas y , como fue apuntado , Jesús de vio en la necesidad  de alejarse de aquel entrañable y difícil grupo humano .
En la parte alta del pueblo , aunque mínimas , se apreciaban  ciertas diferencias  respeto a la zonabaja . Las casas , igualmente cúbicas  y plateadas por la cal , eran en su mayoría  de construcción reciente . Disponían de patios más desahogados  , cercados por muretes  de piedra  de un metro de altura  en los que se distinguían  enormes ánforas , pilas de leña y cupuliformes hornos  de ladrillo , alisados  en el interior  por una capa de arcilla . Algunos  , en plena cocción del pan , flameaban por sus estrechas bocas , arrojando  al cielo azul intermitentes bocanadas de humo blanco . Incluso la pavimentación parecía más cuidada . La tierra de patios  y callejones había sido deblegada  con reducidos guijarros  de torrentera  , recibidos con un mortero de dudosa calidad . Quizá por su proximidad al campo y al arroyo que se precipitaba  desde la ladera  oeste del Nebi , en dirección al pientecillo cercano a la posada  , aquel extremo de Nazaret era uno de los parajes  favoritos  de la gente menuda  . Cuando una madre o el cabeza de familia  precisaban los servicios  de algunos de sus hijos lo habitual era  buscarlos  en la fuente o en las afueras de la aldea , en la referida  zona norte  . Dicho << extrarradio >>, conqistado  también por un mosaico de huertos  , reunía además un aliciente especial , que descubriría  a lo largo de mi estancia en la aldea  y que , durante años , excitó la fecunda  imaginación de Jesús  niño : Un pequeño taller de alfarería  , a orillas del citado torrente . El anciano propietário , un tal Nathan , ya fallecido , había hecho las delicias de toda una generación de adolescentes .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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