domingo, 17 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes ( 31 )

Todo un prodigio de << ingeniería >> para tan << insignificante lugar >>. ( En el Nazaret de hoy cabe la posiblidad de << adivinar >> el primitivo recorrido de la torrentera  y de la canalización  , siguiendo el trazado de las calles que desembocan en el lugar  denominado Mensa Chisti y en los zocos , respectivamente . )
Otro detalle que no olvido - del que sería  consciente  al descender a la << ciudad subterránea >> - fue la ausencia de entradas a las grutas  en las << calles >> y callejones . Las bocas de las decenas de silos y cisternas quedaban ocultas en las viviendas . La única forma  de acceder a ellas era a traves de las habitaciones  y patios de las casas . Como veremos  más adelante , no es cierto que la población de Nazaret viviera exclusivamente  en grutas , como pretenden algunos arqueólogos y antropólogos  . Las construcciones en superficie  , aunque elementales , eran el hábitat básico . El subsuelo jugaba un papel importante pero complementario , destinado a bodegas y despensas .
La localización del hogar de María  resultó sencilla . En un estrechamiento de la << calle norte >> fui a coincidir  con un asno que cargaba  una pesada cuba de agua . El cuadrúpedo , escaso de modales , a punto estuvo de atropellarme  . Detras , jadeando  a causa de la empinada cuesta  y del enorme cesto repleto de hortalizas que soportaba  soble sus espaldas , apareció un anciano tan encorvado que sus blancas barbas casi rozaban las rodillas . Una  correa de tela en las sienes hacía más llevadero el transporte del cargamento . A interrogarle sobre el paradero de la Señora se detuvo unos  instantes . Y sin alzar la vista , con el rostro pegado al suelo  y malhumorado por la importuna detención , preguntó a su vez :
- ¿ María ? .... ¿ cuál de ellas ?
La observación , correctísima  , me dejó perplejo . En Nazaret , como en todo Israel  , el nombre de Maria era común . Al referirme a Jesús  , su hijo , el campesino  , como si dialogara  con las piedras del camino , insistió con crecida impaciencia :
- ¿ Jesús ? .... ¿ cuál de ellos ?
Atónito , necesite unos segundos para encontrar el término adecuado :
- ... El Maestro ..., el Resucitado .
- Aquí , hijo mío - se burló el galileo mirándome las sandalias -, el único que resucita es el sol ... Pero supongo que te refieres a ese loco ..., el de María , << la de las palomas >> . No tiene pérdida . Otros locos como él entorpecen el camino ahí abajo .... , a veinte pasos .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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