domingo, 17 de enero de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 4 - El Diario , 25 de abril , martes , ( 27 )

Y aunque ardía en deseos  de entablar conversación con aquellas gentes  comprendí que no debía alterar lo programado por Caballo de Troya  , Así que , adentrándome  entre las casas  , elegí lo que parecía una << calle >>  y que , a partir de este recorrido inicial  , sería bautizada  por este explorador  como la calle << sur >> . Nazaret carecía  de calzadas propiamente dichas  . Las veinte o treinta casas  que daban cuerpo a la aldea , como creo haber insinuado , formaban un caótico laberinto de callejones  y espacios más o menos abiertos  que , en la mayoría de los casos  , no conducían a ninguna parte  . Pues bien , en un alarde  de generosidad  , podríamos decir  que el humilde núcleo urbano , por puro azar , se hallaba atravesado por dos << vías >> o << calles >> . Una la que yo había tomado , discurría  paralela al lado sur  del ya referido << triángulo isosceles >> . La otra , partiendo del vértice  , se escalonaba por el norte  . Y en medio , el << corazón >> del pueblo : un amasijo de casitas blancas de estructuras cuadrangulares  o cúbicas , con toscas paredes  de piedra cálcarea  de tres a cinco palmos  de espesor  y tejados  planos de madera cubiertos  de tierra batida  . A dichas azoteas  se llegaba  merced  a sendas escaleras exteriores  , construidas a base de gruesos troncos  o vigas empotrados  en los muros . Muchas aparecían protegidas por una rudimentaria barandilla  , también de madera  . Desde las << puertas >> al límite del poblado  , cada palmo era una penosa conquista a la colina  . En poco más de 150 metros - longitud máxima de Nazaret - , el perfil de la ladera  pasaba de los 400 metros en el lugar de la fuente a los 450 . Ello había forzado a los vecinos al levantamiento de continuos terraplenes  , parapetos  y muros de contención que hacían inútil cualquier intento de trazado  urbano . Para colmo , la pavimentación brillaba  por su ausencia  . Las << calles >> , patios y callejones  se hallaban alfombrados  de una incómoda  mezcla de tierra  , cascotes , restos de vasijas rotas y ladrillos de barro desintegrado . En época de lluvias  , semejante desastre tenía que constituir un serio problema  para la integridad de las viviendas y de los propios habitantes . De hecho, , la casi totalidad de las casas presentaban en las puertas un alto peldaño de piedra  , dispuesto para evitar que las torrenteras que podían surgir  de lo alto del Nebí inundaran los hogares .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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