martes, 31 de mayo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - del 4 al 14 de mayo ( 113 )

Y un Poncio tambaleante se presentó frente al triclinion . En la mano derecha sujetaba con escaso éxito la fuente de plata con los húmedos , rojizos y nerviosos sesos . Detrás , no menos borracho , el tribuno .
Me incorporé y , prudentemente , retiré el cayado .
Y el gobernador , sin dejar de canturrear , alzó brazos y fuente , saludando a Claudia con un efusivo domina ( el equivalente al actual << doña >> o << madame >> ).
Pero los vapores del vino empezaron a pasar factura . Y al querer redondear la galantería con una reverencia tan acusada como falsa , la ración , desequilibrada , resbaló del plato , precipitándose sobre el pecho de Procla . Y las finas gasas acusaron el impacto del amasijo de sangre y cerebro .
- ¡ Bastardo ! ...
Poncio , atónito , retrocedió . Pero el largo sayo de muselina le reservaba otra sorpresa . Y pisando los bajos perdió la precaria estabilidad , derrumbándose de espaldas como un fardo.
Claudia , con los ojos incendiados , se puso en pie . Y al instante , << maestresala >> , servidumbre y primipilus se arremolinaron en torno al caído Poncio y a la desolada gobernadora .
Para colmo , desorientados , los musicos interrumpieron bruscamente las suaves melodías .
Y ante la impotencia general , la mujer , rompiendo a llorar , se abrió paso a empellones , alejándose a la carrera hacia el portón de bronce .
Instintiva y sagazmente , el tricliniarcha  se dirigió a la boquiabierta orquesta , ordenando que prosiguiera . Y los invitados , sin comprender lo ocurrido , fueron acercándose con timidez . Pero Poncio , ayudado por Civilis y el tribuno , tras recuperar una dudosa verticalidad , se escudó en una sonora carcajada . Y las borrosas miradas de los beodos se apaciguaron .
Y sin el menor sentimiento de culpa , haciendo gala de una inhibición típica de los maniacosdepresivos , levantó de nuevo los brazos , agitó las manos y saludó a la perpleja concurrencia exclamando.
- Omen accipio!
Y lentamente , comensales y criados retornaron a sus lugares . Y los primeros celebraron el buen humor del anfitrión con el enésimo apurado de las copas .
Y Poncio , bajo el estrecho control de Civilis , fue a reclinarse en el << sofá >> presidencial..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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