lunes, 30 de mayo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - del 4 al 14 de mayo ( 109 )

Esta procuratio de los signos era un acto de especial trascendencia . No olvidemos que la ira de los cielos caía sobre el supuesto infractor y sobre cuantos le rodeaban . Pues bien , cada sigmum , una vez estudiado por el augur , exigía una procuratio o compensación concreta . En los libros del << colegio profesional >> de augures de Roma aparecía una larga lista  de reparaciones a los dioses , estrenada en los lejanos tiempos de Numa . Si el fenómeno , por ejemplo , consistía en una lluvia de piedras , la satisfacción o procuratio obligaba al testigo o testigos  a guardar nueve nueve días de fiesta . Si el portento era el nacimiento de un monstruo ( hombre o animal ) , los dioses quedaban cumplidos al arrojarlos al fuego o al mar . Cada procuratio ,, sin embargo , se hallaba sujeta al fluctuante criterio del << arúspice >> de turno .
En el caso que nos ocupa - un portentum o manifestación divina a traves de la materia inanimada . Cada signum , para la religión romana , lo provocaba un dios específico . Una pertubación en la tierra , por ejemplo , era un signo de Tellus . Si se producía en el mar reflejaba la indignación del dios Neptuno . Si el prodigio , en fin , aparecia en los cielos , la cólera procedía de Júpiter. Y , como digo , el oscurecimiento del sol - competencia del gran Júpiter - no era un fenómeno común y corriente . La ofensa alcanzaba al << número uno >> , a la divinidad tutelar del imperio , al soberano del mundo , al padre de la magia , al garante del derecho , al señor de la luz , al dueño del rayo y de las tormentas ...
La supuesta falta , en suma , era extrema relevancia , exigiendo una procuratio del mismo peso . Y no puedo dejar de admirar el finísimo << tejer >> de la Providencia . Hasta los símbolos paganos  aparecían magistralmente engarzados en la encarnación humana de este Hijo de Dios .... Y empecé a sospechar que aquel misterioso objeto (?) que se interpuso entre el sol y Jerusalén << sabía >> muy bien lo que hacía .
- ¿ Aliviar el enojo de Júpiter ? ... ¿ Buscar la procuratio ? ... ¿ A eso te refieres ?
Asentí sin adivinar el fondo de las capciosas preguntas de Claudia .
- Mi querido amigo - aclaró al fin - , no sólo no hubo expiación sino que , engreído y autosuficiente , repudió el portento , acusando a los judíos de provocar la ira de Júpiter .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto