martes, 31 de mayo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - del 4 al 14 de mayo ( 111 )

Y en un intento de engrasar la correosa charla desvié momentáneamente la grújula de Claudia hacia temas menos ariscos . Y pregunté por su vida y por la del gobernador .
 Así supe , entre otras cosas , que ambos eran diviorciados . Ella ostentaba orgullosa el título de << portadora de estola >> una mención honorífica  reservada a las madres de tres o más hijos . Poncio tenía una sola hija , fruto también , como los tres de procla , de su anterior matrimonio . En su nuevo estado - convenido por razones políticas -, el gobernador se negó a tener descendencia .
Claudia era una mujer culta . Admiraba a Homero y decía haber leído varias veces la Eneida de Virgilio . Ahora en este << destierro >> , echaba de menos las animadas tertulias de Roma y , sobre todo , su conventus matronarum , una especie de << corporación de mujeres >> creada en el siglo anterior y que tenía por finalidad principal el sostenimiento del culto religioso.
Poncio , en cambio , en expresión de Procla , era un  << patán >> . Jamás le vio leer . Sólo le interesaba el dinero . Y desde que tomó posesión como gobernador , aquella obsesión fue amarrándole hasta el extremo de aventurarse en todo tipo de negocios ilícitos y descabellados . Pero lo que más la irritaba era la peligrosa y corrupta relación comercial con los dirigentes religiosos judíos . En esos momentos , gracias a trapicheos y rapiñas , la fortuna del psicópata rondaba los treinta millones de sesterciós , sin contar el lujoso mobiliario y dos villas de recreo en los barrios del Palatinoy el Viminal , en Roma .
Evidentemente , aquél no era un matrimonio por amor . Las relaciones , tensas , parecían condenadas a un nuevo divorcio .
Esta frialdad y distanciamiento entre los esposos , unidos a la << vergonzante >> enfermedad que soportaba , habían hecho de Claudia un ser profundamente herido , con una tristeza convertida en huésped permanente y a la que se veía obligada a combatir en razón del cargo de su marido . Y supe también que la inquieta mujer encontró un rayo de luz desde que se interesó por la historia y el culto a Isis , la diosa egipcia del millón de nombres . Vestía de lino cada vez que podía , invovaba dos veces al día a la << salvadora y llena de gracia >>, se hacía bendecir con agua del Nilo y respetaba los ayunos prescritos por una religión que hacía furor en todo el Mediterráneo.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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