viernes, 13 de mayo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - del 4 al 14 de mayo ( 40 )

Y abrumado volví a desestimar lo que parecía evidente .Seguramente se trataba de magníficas réplicas ...
Sobre el tablero de la regia mesa se apilaban algunos pergaminos , perfectamente enrollados y depositados en una bandeja de plata . Y a su lado , echando por tierra mis buenos propósitos de olvidar aquella << locura >> , la última (?) sorpresa : una paleta de escribano de unos treinta centímetros de longitud n, confeccionada en finísimo marfil , con dos panes de tinta roja y azul alojados en sendas cavidades circulares . Y en el centro de la caja , un depósito rectangular con un buen surtido de cálamos . Y entre las minúsculas incrustaciones de obsidiana , cornalita , y vidrio coloreado , unos jeroglíficos reveladores con los nombres del faraón Tutankhamen , << amado de los dioses Atum , Amón - Ra y Thot >>
El dios Atón y el rey Tutankhamen. ¿ Es que Poncio ... ?
Desolado , alcé la vista , buscando a Civilis . Pero el centurión , con el rostro vuelto hacia la puerta , se hallaba pendiente del recién llegado . Y dejando para mejor ocasión la terrible sospecha , me apresuré a reunirme con el primipilus .
La escasa talla ( alrededor de 1,55 metros ) , el voluminoso vientre y aquel peluquín , en un amarillo rabioso , lo hacían inconfundible . Y un Poncio descalzo , nervioso y mal encarado irrumpió en el << despacho >> . Levantó el brazo derecho con desgana y con los azules y << saltones >> ojos fijos en los espejos del pavimento fue a sentarse en el trono . Creo que ni me miró.
Rodeamos la mesa , permaneciendo en pie ante el contrariado gobernador . Por un momento temí que el causante de la agria actitud fuera justamente este explorador . Y dirigiéndose a su hombre de confianza preguntó en un latín preñado de borrascas :
- ¿ Ha llegado ?
La interrogante me confundió . Civilis impertubable , negó con la cabeza .
Poncio enrojeció . Atusó con nerviosismo el estudiado flequillo que caía sobre la frente y resoplando como una ballena maldijo entre dientes a no sé qué familia de caravaneros . Respiré con alivio . Al parecer , el asunto no iba conmigo .., de momento . De todas formas , ante lo oscuro del panorama , redoblé la guardia .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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