sábado, 14 de mayo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - del 4 al 14 de mayo ( 46 )

Aquél era el momento . Y penetré en su acobardado espíritu como un elefante en una cristalería . Y señalando los tesoros que tenía a la vista jugué con su enfermiza superstición :
- Dime : ¿ cuál es tu pieza preferida ?
El suboficial , relajado y , en cierto modo , feliz por el desenlace del ácido incidente , soltó el gladius , espiando con curiosidad al desconcertado gobernador .
- ¿ Mi pieza favorita ? - reaccionó con dificultad - .
¿ Para qué ?
- Si lo deseas - le tenté - puedo hacerla desaparecer...
Y mordió el anzuelo . Indeciso , miró a Civilis , y éste con un rápido movimiento de cabeza , dio su aprobación . Y refugiándose en el falo , frotandolo sin cesar entre las gruesas manos  , paseó la mirada por la sala . Vacilante , caminó arriba y abajo . Por último , regresando hasta la mesa , recuperó el pugio . Avanzó hacia los espejos que rodeaban la doble puerta  y , levantando el puñal , fue a clavarlo en el ombligo de la talla nubia situada en el ángulo derecho . Y contoneándose retornó al trono . invitándome a proceder .
Sibilinamente , como suponía , escogió la pieza menos valiosa .
- ¿ Estas seguro ? - insinué , acorralandolo .
Y llevando la mano derecha a la frente - sede de la sabiduría para los romanos -, con una repugnante hipocresía , juró por su sagrado << genio >> personal .
Sonreí condescendiente .
Y sabiendo que infrigía una de las sagradas normas de la religión romana , se apresuró a besar el amuleto de marfil , bajando los ojos .
Y de acuerdo a lo planeado me dispuse a poner en marcha la nueva << representación >> , decisiva para conquistar uno de los ogjetivos .
En mi memoria retumbaba aún el eco de la peligrosa exhibición en el cuartel de Nahum . Pero me justifiqué , argumentando que era necesaria para el buen desarrollo del tercer << salto >> . En esta ocasión , además , el experimento sólo sería presenciado por dos testigos . Quien esto escribe , muy a mi pesar , tropezaba una y otra vez con la misma piedra ...
Autor : J.J. Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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