viernes, 13 de mayo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - del 4 al 14 de mayo ( 42 )

Poncio palideció .. Levantó nuevamente el rostro e , incrédulo , me recorrió de pies a cabeza . Y fue a aferrarse al pequeño falo de marfil que colgaba de su corto y seboso cuello . Los labios temblaron . Y no dando crédito a lo que acababa de leer , sin despegar la vista del texto , repitió en voz alta uno de los párrafos :
-... y este griego , que dice llamarse Jasón y que afirma disfrutar de la amistad de su excelencia , por la gracia de su poder , sin truco o arificio conocidos , hizo aparecer las palmeras en el mismo lugar que siempre ocuparon ... >>
Soltó el documento sobre la mesa y perplejo , chasqueando los dedos se puso en pie .
- ¡ Jasón ! ... ¡ El del salvoconducto ! .... ¡ El adivino !
Comprendí . El desmemoriado gobernador no me había reconocido .
Sonreí tímidamente sin saber a qué atenerme . No me equivocaba .
Sin dejar de juguetear con el falo , volvió a sentarse , repasando el informe de Nahum . Y el papiro tembló entre las regordetas manos . Y no supe qué era peor : un Poncio colérico o presa de un miedo supersticioso.
Se removió inquieto . Por último , tendiendo el rollo al centurión , preguntó algo molesto a Civilis .
- ¿ Son de confianza ?
El soldado examinó los nombres de los firmantes y sin leer el oficio respondió con un rotundo y desafiante << Por supuesto >> . El rostro , empedrado por naturaleza , se ensombreció ante la injusta sugerencia del gobernador . Y poncio , agradeciendo la sinceridad de su jefe de cohorte , ladino e incombustible , cambió de táctica  . Besó el falo y , mientras esperaba  el veredicto del centurión , se dedicó a observarme con una curiosidad malsana . Pero sostube la inquietante mirada . Y la gravedad de mi semblante le hizo comprender que no se hallaba ante un hombre asustado . Y la duda siguió anidando en aquel ser inestable , beneficiando mis planes .
Civilis devolvió el papiro .
- Y bien...
A pesar de su natural escepticismo , no titubeó . Y fue a colocarse del lado de sus compañeros .
- Si ellos lo han visto - sentenció con aplomo -, yo lo he visto...
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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