jueves, 12 de mayo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - del 4 al 14 de mayo ( 36 )

Y penetrando por uno de los altos y angostos portalones concluyó el acelerado y agotador viaje .
A partir de esos momentos  la peripecia en Cesarea discurría a un ritmo endiablado . En las siguientes quince horas  - hasta el definitivo y precipitado abandono de la ciudad - sucedió de todo y con un encadenamiento que me desconcertó .
Ni que decir tiene que nuestros movimientos se hallaban escrupulosamente controlados desde el intercambio de señales luminosas en Capercotnei.
Y nada más pisar el patio , sin tiempo casi para desmontar , una de los optios  abordó al decurión , saludadndo brazo en alto . El jefe de fila extrajo un delgado rollo de papiro del interior del cinturón , que entregó al suboficial . Supuse que se trataba de un informe de los centuriones de Nahum.
Y al instante , a una señal del optio , dos de los infantes armados que integraban la excubiae o guardia de día en aquel sector , sin mirarme siquiera , procedieron al acostumbrado cacheo de ropas , saco de viaje y bolsa de hule . Negaron con la cabeza y el veterano optio , movido por una incontenible prisa , ordenó que lo siguiera .
Quise despedirme de la decuria . Imposible . Los once jinetes se alejaban ya hacia uno de los túneles  abovedados tirando de los ronzales  de las doce caballerías . Y me vi asaltado por una inquietante pregunta : ¿ cómo me las arreglaría para regresar al lago ? Y encogiéndome de hombros procuré olvidar el asunto , concentrçándome en el importante << objetivo >> que me había arrastrado hasta aquella enrevesada fortaleza , más blanca si cabe que la ciudad que acababa de atravesar.
Enrevesada , sí . ésa sería la definición . A pesar de los esfuerzos por fijar y retener referencias , la confusa disposición de escaleras , pasillos , patios interiores , pasadizos y dependencias en general de la residencia  del gobernador  hizo inviable  los intentos de ubicación en su interior . El contratiempo me inquietó . Si surgía algún incidente , ¿ cómo escapar de tan irritante dédalo ?
Y tras ascender cuatro empinados tramos de escalones , en los que nos cruzamos  con algunos centuriones armados , el presuroso optio y quien esto escribe  desembocamos  en otro silencioso y brillante corredor  de mármol frigio , magníficamente veteado por galaxias violetas . Un sol en retirada abordaba las troneras practicadas a nuestra izquierda , montando su propia guardia . En la lejanía distinguí un Mediterráneo encabritado por el tozudo viento del oeste .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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