sábado, 7 de mayo de 2016

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 5 - del 4 al 14 de mayo ( 17 )

Y los recien llegados  , para consuelo de quien esto escribe  , se hicieron cargo del problema . Escucharon la versión del enfurecido optio y , acto seguido , sin perder la compostura pero con firmenza , me interrogaron , mostrando un inusitado interes por el tema del dichoso << mago >> . Y fui todo lo sincero que juzgué  oportuno . Me había propuesto dormir esa noche en Cesarea  y tenía que conseguirlo .
Y al insistir en mi deseo de conversar en privado con el jefe de la cohorte , el que hacía de portavoz  ( el único armado y con la rama de vid en la mano ( El sarmiento o uitis era el emblema y simbolo del centurionado . Nota del Mayor ) echó por tierra mis pretensiones : se hallaba fuera de Nahum , en una de las rutinarias maniobras de la guarnición . Y comprendí el porqué del singular silencio .
Fulminé con la mirada al marrullero optio .
Y captando mi decepción - no sé si por delicadeza o por curiosidad -, explicaron que , como centuriones priores , ostentaban justamente la máxima  responsabilidad de las tropas hasta el retorno de su jefe natural . Si lo deseaba podía hablar abiertamente con ellos . Y sin demasiadas alternativas arriesgué  el todo por el todo , anunciando que que estaban ante el << poderoso mago >> al que buscaban . Y sin darles tiempo a reaccionar añadí que me ofrecía gustoso a comparecer ante el gobernador , rindiendo cuentas de lo ocurrido .
Al oír la << revelación >> , el impulsivo optio intentó desenfundar de nuevo el gladius  . Pero dos de los priores , simultáneamente , extendieron las palmas de las manos , imponiendo calma .
Repuestos de la sorpresa , tras intercambiar una significativa mirada , el de la cota de mallas susurró algo a sus compañeros . Asintieron en silencio , y uno de ellos , haciendo una señal al optio para que lo siguiera , se despegó del grupo . Le habló en voz baja y , acto seguido , cumpliendo la orden , el suboficial de guardía se alejó por el túnel que desembocaba en la explanada .
- bien . sentenció el centurión de servicio en un tono poco tranquilizador -, pronto averiguaremos si dices la verdad.
A pesar de la amenaza procuré mantenerme intacto , sin rehuir las inquisidoras miradas..
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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