martes, 8 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - tomo 3 - 23 de abril , domingo ( 4 )

El Zebedeo me susurró << lo último >> . Simulé no estar al tanto de la aparición del Maestro en la montaña de la ordenación , interesándome  por los detalles  . Pero , rogándome  paciencia , se incorporó a la  discusión . Aquella << cumbre >> de los hombres de Jesús de Nazaret resultaría altamente instructiva y , en cierta medida , premonitoria  . Sin yo saberlo estaba presenciando el nacimiento de una ruptura  - que sería  total al cabo de una semana  - entre los íntimos . También entre aquella veintena de galileos las opiniones eran dispares  . El motivo era muy distinto . Todos . por descontado , aceptaban la realidad de las apariciones  . Lo que estaba en juego , como digo , era mucho más profundo : ¿ había llegado la hora - como defendía Pedro - de salir a los caminos  y proclamar la buena nueva ? ¿ Qué debían hacer  con el gentío que los reclamaba?
En aquel choque dialéctico se debatía , además , otro asunto de vital interés . Con la excepción de Juan Zebedeo , Mateo Leví y Andrés , el resto propugnaba el inmediato retorno a Jerusalén . ( Santiago , el hermano de Juan , como de costumbre  , se reservó su opinión ) Simón Pedro .por ejemplo , estaba convencido de que Jesús << se hallaba definitivamente junto al Padre y de que no regresaría en un tiempo >>.
El intuitivo Juan , basándose en << algo >> que el Resucitado le había insinuado  en la última de las apariciones y que , francamente , nosotros  no captamos , defendía lo contrario : la permanencia  del grupo en la Galilea << hasta que no se produjera esa tercera presencia del rabí >> . La insinuación de Jesús resucitado debió ser tan sutil que , por lo que pude comprobar , la mayoría no reparó en ella  , enfrentándose a la propuesta del joven Zebedeo . Presa de uno de sus ya familiares ataques de fervor y entusiasmo , Pedro termino por auparse  sobre los demás  y , gesticulando y vociferando , empezó a renegar de los disidentes . Con su mordaz lenguaje  humilló inmisericorde a su hermano e , indirectamente , a Mateo y a Juan por atreverse a dudar de sus explosivos  discursos . No me cansaré  de insistir : estábamos asistiendo al nacimiento de un lider  y , lo que era más penoso , a un distanciamiento ideológico entre los íntimos  . Algo muy humano en toda asociación , pero que obviamente no fue transmitido por los evangelistas .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡ FELIZ NAVIDAD !

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