miércoles, 9 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 - 23 de abril , domingo ( 10 )

Los únicos  indicios eran el traslado de la alerta infrarroja al sistema director  - que respondió con precisión - y la presencia  en tierra de la escalerilla . Algo estaba claro : mi compañero  portaba  su propia conexión auditiva  . es más : el hecho de haber fijado en 300 pies el límite delm escudo protector  me tranquilizó un poco . Si hubiera albergado la intención de alejarse a una mayor distancia  , lo prudencial habría  sido establecer el alcance  de la radiación IR en un radio superior . Eso era lo obligado y , por supuesto , la meticulosidad de Eliseo estaba fuera de toda duda . estos razonamientos  , sin embargo , fallaban en un punto . Si Eliseo se encontraba dentro de ese radio de acción de 300 pies , lo lógico es que el computador central , como en mi caso , le hubiera alertado . El << intruso >> - que en aquellas circunstancias era yo mismo - no habría pasado inavertido . Eso , naturalmente , admitiendo que su ubicación fuera correcta  . En previsión de que tales deducciones estuvieran acertadas , me instalé frente a los paneles de mando , abriendo el canal de la conexión auditiva  . Aquélla era otra de las deficiencias del programa : mientras el explorador que permanecía fuera del módulo no tomara la iniciativa  , activando su << cabeza de cerilla >> , el receptor - en este caso el piloto situado en la << cuna >> - se veía incapacitado para establecer contacto . ( A raiz de este << incidente >> , Eliseorectificaría los dispositivos , consiguiendo que dicha conexión auditiva pudiera ser abierta y emprendida por ambas partes , indistintamente . )
La espera fue angustiosa e interminable  . Insisto : no lograba comprenderlo . Si mi hermano - como así debía ser en buena  lógica - había recibido las señales de << Santa Claus >> , advirtiéndole  de la irrupción de un ser vivo en las inmediaciones  de la << base madre >> , ¿ por qué  no hacía acto de presencia  o , cuando menos , por qué no intentaba  una rutinaria  conexión con la nave ? En sus cálculos debía figurar que aquel intruso podía ser yo . << A no ser que ... >> La funesta hipótesis  de que hubiera sufrido un accidente  fue rechazada visceralmente  . Pero la semilla de la duda estaba sembrada  . Y un sudor frío me acompañó en aquellos dramáticos momentos  . ¡ Tenía que actuar ! ¡ Tenía que salir en su búsqueda ! Pero ¿ hacía dónde ?
 Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez
¡  FELIZ NAVIDAD !

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