jueves, 10 de diciembre de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 3 - 23 de abril , domingo ( 14 )

Me pegué a la piedra circular , intentando captar algún sonido procedente del interior . Lo único que escuché  fue el retumbar de mi corazón , a punto de escapar por la garganta . No podía permanecer en aquella espinosa  duda . No había otra silución que descalzar la muela y aventurarse en la gruta . Peleé con la cuña de madera  y , al fin , jadeando como un perro , conseguí arrancarla . Y empujando como jamás lo había hecho , la roca rodó por el inclinado canalillo hasta empotrarse entre bramidos en el flanco oeste de la fachada . Con los ojos desorbitados me asomé al corto pasillo que conducía a la primera de las cámaras.
- ¡ Eliseoooo !...
El eco devolvió mi llamada . Esperé  . Nada . Silencio . La cripta , negra como boca de lobo , parecía solitaria . << ¿ Y si estuviera equivocado ? >> Quizá mi compañero había tenido el atinado sentido de no proseguir con los estudios . Quizá estaba perdiendo el tiempo . << Debería  haber continuado mi camino hacia Nahum ... >>
A pesar de aquel forcejeo conmigo mismo seguí caminando , descendiendo a tientas  hasta la antecámara  . << Además , allí no se veía nada ... En todo caso , debería regresar a la nave y proveerme de alguna antorcha . >>  De pronto , un miedo cervuno me obligó a retroceder . << Y si aquellos energúmenos  se presentaban de nuevo y volvían a sellar la tumba ? >> La macabra idea secó mi último aliento . En ese caso podía darme por muerto ... y enterrado . Un solo hombre , desde el interior , no tenía posibilidad alguna  de desplazar aquella roca , una vez calzada en el canal . Sentí frío . Un frío seco , consecuencia de mis propios miedos .
- ¡ Eliseoooo !
Si estaba allí , ¿ por qué no respondía ? En el fondo , aquel silencio , apenas roto por mi desordenada respiración , era un buen síntoma . << Seguramente estoy equivocado .. >>
Dispuesto a desafiar mi propio pánico , con los brazos extendidos   , agitando la << vara de Moisés >> en el tenebroso vacío a manera  de improvisado bastón de ciego  , penetré  en la primera de las cámaras  funerarias  que desembocaban en la referida antecámara .
Autor : J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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