domingo, 5 de abril de 2015

Caballo de Troya - El Diario de Mayor - Tomo1 - 4 de abril , martes ( 41 )

Una luna  casi llena se levantaba ya por el este cuando el grupo reemprendió el camino , Jesús , a la cabeza  , continuó por la accidentada cima del Olivete  , siempre en dirección norte  . Al llegar a las proximidades del campamento público , donde se habían instalados los peregrinos  procedentes de Galilea  , el Maestro se desvió hacia la derecha  , procurando rodear las tiendas y el sin fin de hogueras  que se distinguian a corta distancia  , en la ladera occidental del monte . Evidentemente , el rabí no deseaba un nuevo encuentro con sus paisanos y amigos . Minutos más tarde , cuando nos hallábamos frente al Santuario del templo , comenzamos a descender hacia el Cedrón , cruzando una de las veredas que lleva desde Jerusalén a Betania  . La oscuridad no me permitía distinguir con claridad el entorno pero deduje que no debía encontrarme muy lejos del << punto de contacto >> , donde reposaba el módulo . ( Quizá fueran 1000 o 1500 pies lo que nos separaba de Eliseo . )
El grupo penetró entonces en una de las plataformas naturales que tanto abundaban en la falda oeste del monte de las Aceitunas . Aunque a la mañana siguiente pude explorar el terreno con mayor comodidad , observé que se trataba de una explanada  de unos sesenta a ochenta metros de largo , por otros treinta a cuarenta de lado , perfectamente cercada por un murete de piedra de un metro escaso de altura . En uno de los lados del rectángulo , y muy próxima a la cancela de entrada  , distinguí una enorme cuba de piedra de metro y medio de altura . Al fondo , confundidos en la oscuridad , se alineaban unos olivos de gruesos y torturados troncos .
Jesús y los discípulos se dirigieron directamente hacia la derecha del olivar . A muy pocos pasos , y aprovechando el muro , los hombres del Nazareno habían montado dos rudimentarias tiendas o albergues . Varias piezas de tela embreada y ensambladas a base de cuerdas constituían la techumbre . Las lonas, de unos cuatro metros de profundidad por otros tres de anchura  , aparecían apuntaladas por dos rugosas ramas de conífera en su parte frontal y por una tercera , situada en el centro de la tienda . La techumbre terminaba en el cercado de piedra . Allí , las telas habían sido tensadas y aseguradas mediante gruesas piedras . Los laterales , a su vez , estaban formados por otras dos bandas de paño y pieles de cabra , pésimamente cosidas entre sí . La entrada , de unos dos metros de altura sobre el terreno rojizo y húmedo , carecía de protección.
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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