jueves, 30 de abril de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 6 de abril , jueves ( 8 )

Hacia las seis , y cuando daba un pequeño paseo por los alrededores del campamento, tratando de desentumecer mis músculos , vi salir por el cercado de piedra a Judas . Iba solo y , a juzgar por sus andares , con cierta prisa . Tomó la misma vereda del día anterior  , perdiéndose colina abajo , en dirección al Templo o quizá hacia las puertas de la zona sur de la ciudad . Por un instante pensé en seguirle . Pero terminé por desistir  . Los planes de Caballo de Troya eran otros . Lo más probable es que el Iscariote  fuera a entrevistarse  con el jefe de la policía del Sanedrín , tal y como le había sido encomendado el pasado miercoles . Por otra parte  , Ismael , el saduceo que había  logrado infiltrarse en el consejo de los sacerdotes  , había prometido informarnos  puntualmente de todos y cada uno de los pasos del traidor , así como de los movimientos  de los levitas encargados  del prendimiento del Maestro . Esto me tranquilizó y regresé de inmediato al interior del huerto . Jesús y sus hombres seguían durmiendo.
En la medida que me lo permitieron , ayudé a las mujeres  a avivar la fogata y a transportar los cuencos de leche , suministrada en el momento por dos cabras que Felipe , al parecer , había conseguido el miercoles  y que habían amarrado en el interior de la cueva .
Mientras preparábamos el desayuno , y casi a la misma hora que el día anterior , irrumpió en el campamento el joven Juan Marco . Llegó con una cesta algo mayor que la de la víspera y , también sin pronunciar palabra alguna , se la entregó a las mujeres  , sentándose después junto al fuego . Y allí permaneció , con la barbilla pegada a las rodillas , como hipnotizado por el frágil baile de las llamas .
Algunos de los discípulos  empezaron a dar señales de vida , desperezandose sin el menor pudor . Dos de ellos  , al descubrir al niño , se aproximaron e intentaron que Marcos les contase qué habían hecho durante aquel largo paseo del miercoles . Pero el muchachito , con los ojos bajos  y frunciendo el entrecejo , no despegaba los labios . A lo sumo , y cuando las presiones de los hombres de Jesús  se elevaban de tono , Juan negaba con la cabeza , con una visible y creciente irritación.
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio martinez

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