jueves, 9 de abril de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 5 de abril , miercoles ( 12 )

José aceleró el paso al cruzar bajo la puerta del Pez , en la intersección de la segunda muralla septentrional con la depresión o valle del Tiropeón . Nunca supe si aquellas prisas del anciano se debían a la presencia junto a la citada puerta de un grupo de mercaderes tirios que vendían todo tipo de pescado o a la proximidad de la fortaleza Antonia .
El caso es que , al fin , ambos nos encontramos ante el muro de piedra de metro y medio de altura que cercaba íntegramente el impresionante << castillo >> , sede de Poncio Pilato mientras durasen las fiestas de la Pascuas .
Aunque ya había tenido la oportunidad de contemplar a una cierta distancia a los soldados que fueron enviados precisamente desde la Torre Antonia para poner orden en la explanada de losm Gentiles , cuando Jesús de Nazaret provocó la estampida de los bueyes , la presencia de los centinelas romanos a las puertas de aquel muro me conmovió.
José de dirigió en arameo a uno de ellos . Pero el soldado no comprendía la lengua del israelita . Un tanto contrariado , el de Arimatea le habló entonces en griego . Sin embargo , el legionario siguió sin entender  . En vista de lo penoso de la situación , el joven romano - supongo que no tendría más de 20 0 25 años - nos hizo una señal para que esperásemos y , dando media vuelta , se encaminó hacia el interior . El segundo centinela  permaneció mudo e impasible  , cerrando el paso con su largo pilum o lanza . Bajo su brillante y verdoso casco de hierro y bronce , los ojos del legionario no nos perdían de vista . El soldado vestía el habitual traje de campaña : una cota trenzada por mallas de hierro y enfundada como si fuera una túnica corta ( hasta la mitad del muslo ) y que protegía la totalidad del tronco , vientre y arranque de las extremidades inferiores . Esta coraza, de gran flexibilidad y solidez , se hallaba en contacto directo con un jubón de cuero de idénticas dimensiones y forma que la cota de mallas . Por último , el pesado atuendo descansaba a su vez sobre una túnica de color rojo , provista de mangas cortas y sobresaliendo unos diez o quince  centímetros  por debajo de la armadura , justamente por encima de las rodillas .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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