viernes, 10 de abril de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 5 de abril , miercoles ( 18 )

Antes de abandonar aquel recinto me llamó la atención otra escena . A nuestra derecha , e inmovil sobre el enlosado, uno de los romanos cargaba sobre su nuca y hombros un pesado saco . La carga le obligaba al soldado a mantener el tronco y la cabeza ligeramente inclinados hacia el suelo . Junto a él , otro soldado - con su vestimenta y armas reglamentarias - no perdía de vista al compañero . A mi regreso de la entrevista con el gobernador romano iba a tener cumplida explicación de todo aquello ....
Nada más pisar la pulida escalinata de mármol blanco , que arrancaba del filo mismo del patio , intuí que nos adentrábamos en la parte noble del edificio . Aquellas escaleras - de escasa pendiente - nos situaron enn una especie de vestíbulo rectangular , todo él revestido de finísimos mármoles que - a juzgar por los sutiles veteados grises y azulados - debían haber sido importados por Herodes el Grande desde Chipre y Carrara .
Frente a la escalinata que conducía a aquella primera planta de la torre Antonia se habría una puerta doble de casi cinco metros de anchura , primorosamente labrada con palmeras , flores y querubines de entalladura . Allí se veía , una vez más , la mano de los artesanos y constructores fenicios que , posiblemente , se encargaron de la construcción de la fortaleza .
A ambos lados de la puerta  montaban guardia  sendos infantes , cruzando su pilum en forma de aspa . El centurión  se dirigió a uno de ellos  , advirtiéndole  - supongo - que estábamos en la lista de las audiencias  de Poncio Pilato . Segundos despues daba media vuelta  , y tras levantar su brazo en señal de saludo , desapareció escalinatas abajo .
Evidentemente teníamos que esperar .
José se dirigió entonces a uno de los laterales  del hall, sentándose en una de las sillas en forma de X , sin respaldo y con asiento de cuero , situada sobre una esponjosa  alfombra babilónica  . A su espalda , por dos espigadas y desnudas ventanas  , entraba la claridad y la fría brisa del norte .
Autor : J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

No hay comentarios:

Publicar un comentario

puede comentar todas las personas que lo deseen , con educación y respeto