miércoles, 8 de abril de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 5 de abril , miercoles ( 11 )

José , el de Arimatea , me recibió con cierta inquietud . Las incidencias en el campamento de Getsemaní y el seguimiento de Judas retrasaron un poco mi llegada a la casa del anciano . Sin pérdida de tiempo , el enjuto amigo de jesús se envolvió en un lujoso manto de lana  , teñido en rojo fuego , cargando un ánfora de mediano tamaño  ( aproximadamente 1 / 8  de << efa >> 0 5,6 litros ) . La cita con el procurador  romano había sido concertada  para la hora quinta  ( alrededor de las 11 de la mañana ) y , al igual que a mí , a José no le gustaba esperar ni hacer esperar .
Al salir de la mansión  rogué al venerable  miembro del Sanadrín que me permitiera  cargar aquella jarra . José consintió gustoso  y , aunque sentía curiosidad por saber  el contenido de la misma  , el mutismo  de mi acompañante me inclinó a no formular pregunta alguna sobre el particular .
El camino hasta la fortaleza Antonia  , situada al norte  de la ciudad , era relativamente largo . Aunque el cuartel general romano disponía de una entrada por el ángulo más occidental del Templo ( como creo que ya cité  en su momento , esta fortificación  se hallaba adosada  al inmenso rectangulo que constituía el Santuario y su atrio ) , José de Arimatea  - supongo que por mera prudencia ) evitó en todo momento el recinto del Templo .
dejamos atrás el intricado laberinto de las callejuelas de la ciudad baja  , salvando despues la breve depresión del valle  del Tiropeón  , separación natural de los dos grandes  y bien diferenciados barrios de Jerusalen : el bajo y el alto .
El gran teatro apareció a nuestra izquierda y , poco después , desembocamos en la calle principal de aquella zona  alta de Jerusalén . Al igual que la que yo había visto en la ciudad baja , esta calzada  - que discurría desde el palacio de Herodes , en el extremo más occidental de la urbe  , hasta el muro oeste del Templo , en las proximidades de la explanada de Sixto - aparecía adornada con gruesas columnas.
En sus pórticos se alineaban los bazares de los vendedores considerados impuros  : desde fabricantes de todo tipo de objetos artísticos  ( alfareros , herreros , perfumistas , etc ) , hasta sastres  , comerciantes de lana , etc. El griterío , confusión y << sinfonía >> de olores eran idénticos a los del barrio bajo o Akra .
Autor :J.J.benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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