domingo, 26 de abril de 2015

Caballo de Troya - El Diario del Mayor - Tomo 1 - 5 de abril , miercoles ( 43 )

Frente a los << papilio >>  ( nombre que le daban a estas tiendas por la semejanza  de sus cortinas , recogidas en la `puerta de entrada , con las alas de mariposa ), el ejercito romano había plantado  media docena de postesn  de algo más de metro y medio dem altura . Todos ellosm cargados de muescas  , consecuencia de los mandobles  que llovían sobre los citados troncos  en los entrenamientos  . Algunas de las espadas y lanzas , con un peso que doblaba  el de los pilum y gladius normales , se hallaban clavadas en la arena . Los escudos y cascos reposaban apoyados sobre aquéllas.
 Varios cientos de soldados -todos ellos libres de servicio a juzgar por su indumentaria  - se habían ido congregando en la explanada , formando corrillos y cambiando impresiones en voz baja .
Al ver a Civilis , los soldados se apresuraron a abrirle paso , adoptando un respetuoso silencio .
El jefe de los centuriones  se detuvo frente a los postes de entrenamiento , saludando al tribuno y a los centuriones  allí reunidos . El primero , mucho más joven que Civilis y que el resto de oficiales  , constituía un mando intermedio , responsable , más que del mando táctico de la legión ( que era postetad del jefe de los centuriones ) , de la jefatura del régimen interior de la misma . En aquella época  , sin embargo , su importancia había decrecido notablemente . Una de sus funciones  , precisamente , era la de iniciar la ejecución de una pena capital . Su vestimenta era prácticamente lamisma que la de los centuriones  , si bien su toga o capa era violácea y , generalmente , no portaba armas .
Los oficiales sostuvieron un brevísimo consejo y , acto seguido , una de ellos  dio la orden para que el reo fuera conducido a la arena . De pronto los mercenarios  comenzaron a arremolinarse alrededor de otros soldados  que acababan de entrar en el campo de adiestramiento . Cada uno cargaba sobre sus brazos un buen número de palos de un metro de longitud . Entre empujones , protestas y todo tipo de imprecaciones  , medio centenar de romanos  se hizo al fin con los bastones  . Y el silencio cayó de nuevo sobre aquella masa de energúmenos .
Autor :J.J.Benitez
Un abrazo
Antonio Martinez

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